Sin mostrar aún una foto del líder terrorista muerto, la prensa de EEUU dijo que su cuerpo fue "arrojado al agua", según lo dispone la religión musulmana
El cuerpo de Osama Bin Laden fue lanzado al mar de acuerdo con la ley y tradición islámicas después de que un ataque furtivo de fuerzas estadounidenses liquidó al terrorista más buscado del planeta, dijeron a la cadena de televisión local NBC fuentes oficiales estadounidenses.
Las prácticas islámicas requieren que el cadáver se entierre en las 24 horas posteriores a su fallecimiento y, según apuntaron también fuentes oficiales al canal ABC, la decisión se tomó debido a que encontrar un país dispuesto a sepultar al terrorista más buscado del mundo parecía una misión demasiado complicada.
"Los estadounidenses tomaron el cuerpo de Bin Laden en custodia después del tiroteo, lo llevaron de vuelta a Afganistán en helicóptero y confirmaron su identidad. Un funcionario de EEUU sostuvo que fue enterrado en el mar "en conformidad con la práctica islámica", aseguró ABC.
Otros medios estadounidenses como el diario The New York Times también afirmaron que el cuerpo de Bin Laden fue "enterrado en el mar", sin ofrecer más detalles, al tiempo que CNN, citando a un cargo público de la Administración de los EEUU, explicó que el cadáver del líder de Al Qaeda fue sepultado "según la tradición islámica".
"Un alto funcionario de seguridad nacional añadió que se tenían varias confirmaciones de que el cadáver era el de Bin Laden, incluidas imágenes del cuerpo y la cara", añadía CNN, aunque el oficial no explicó si se realizaron pruebas de ADN.
De todos modos, hay quienes descreen que Bin Laden haya muerto. El movimiento talibán paquistaní Tehrik-e-Taleban Pakistan (TTP), con base en las áreas tribales en el noroeste del país (cerca de la frontera con Afganistán), desmintió la noticia de su muerte, según afirmó la tv privada Geo News.
Lo cierto es que el operativo se manejó con extrema cautela. Después de que Obama anunciara la muerte de Bin Laden y asegurara que "se ha hecho justicia", se conoció que EEUU no compartió los datos sobre el paradero del líder de Al Qaeda con ningún otro país, ni siquiera Pakistán, por cuestiones de seguridad.