En marzo, el saldo favorable de la balanza comercial creció un 141,7 %, aunque en el trimestre cayó 10 %. También impactaron algunos factores estacionales
Las restricciones a las importaciones que impulsa Guillermo Moreno ya se sienten en la balanza comercial. Así lo informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), quien detalló que en marzo el superávit pegó un salto del 141,7% en relación con el mismo mes de 2010 como producto de una marcada desaceleración en el crecimiento de las importaciones y de un fuerte aumento de las exportaciones en términos interanuales, debido a que, en marzo del año pasado, las ventas de granos al exterior se habían visto restringidas por un paro en el puerto de Rosario.
De acuerdo con los datos oficiales, en marzo, la balanza comercial de la Argentina arrojó un saldo favorable de US$ 667 millones, gracias al crecimiento del 35% de las exportaciones, que, de esta manera, superaron al 28% que aumentaron las importaciones. Los analistas consultados por La Nacion destacaron que para encontrar un mes en que las ventas al exterior hayan crecido a una tasa mayor que las compras hay que retrotraerse hasta enero de 2010, cuando las exportaciones tuvieron un incremento interanual del 19% contra el 16% de las importaciones.
Los economistas privados, además, destacaron que la tasa de crecimiento del 28% que tuvieron las compras en el exterior representa el nivel más bajo desde principios del año pasado y está claramente por debajo de la expansión del 46% que habían tenido a lo largo de todo 2010. "La evolución de la balanza comercial no se puede entender sin el efecto Moreno", destacó Diego Giacomini, economista jefe de la consultora Economía & Regiones. "Si no existieran las restricciones, las importaciones tendrían que estar creciendo a una tasa del 40 o 45 por ciento, teniendo en cuenta el fuerte nivel de actividad económica y la apreciación cambiaria", señaló el profesor de Dinero, Créditos y Bancos de la UBA, al diario La Nación.
Los analistas agregaron que el crecimiento del superávit en marzo también se explica porque la base de comparación se hace contra un mes en el que las exportaciones habían mostrado una fuerte baja.
"Es un poco el freno a las importaciones y un poco la base de comparación de marzo del año pasado", cuando el saldo favorable de la balanza comercial argentina fue de apenas 276 millones de dólares, dijo la economista Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein.
En la misma línea, en la consultora Abeceb.com destacaron el fuerte aumento interanual en el volumen de envíos de subproductos de la soja (harina, pellets y aceites). "Las altas tasas de variación están influenciadas por el hecho de que en marzo de 2010 los envíos se habían visto frenados por las huelgas en el puerto de Rosario, lo que deprime la base de comparación", explicaron en Abeceb.com.
La buena performance de marzo igualmente no alcanzó para cambiar la tendencia negativa del primer trimestre en materia de balanza comercial. De hecho, según los datos del Indec, en el acumulado de los primeros tres meses del año, el superávit alcanzó a los US$ 1788 millones, lo que implica una baja de casi el 10% en relación con el mismo período de 2010.
En el Gobierno, igualmente, prefirieron destacar el crecimiento que tuvieron las exportaciones y anticiparon que este año se alcanzará un nuevo récord en las ventas al exterior, que en 2010 habían llegado a US$ 68.500 millones. "Las exportaciones acumuladas en el primer trimestre del año ya superan en un siete por ciento el anterior récord registrado en 2008", destacó la ministra de Producción, Débora Giorgi. "El principal rubro exportado fueron las manufacturas de origen industrial [MOI] con un total de 5870 millones de dólares, que también superan al récord histórico anterior, en este caso registrado en 2010", precisó la ministra.
Los analistas privados, en cambio, alertaron acerca del hecho de que el mayor freno en las importaciones se haya registrado en el rubro de bienes de capital, que en el último mes tuvieron un crecimiento de sólo el 13%, contra el promedio del 28 por ciento.
"La desaceleración de las importaciones tiene un doble efecto. Por un lado, al restringir el ingreso de bienes de capital, ahorcan los ciclos productivos y los niveles de inversión. Y, por otro, alimentan los niveles de inflación al reducir la oferta en tiempos en que la demanda está fuertemente fogoneada", señaló Giacomini.