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21 de noviembre de 2024
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Más violencia en Río: al menos 16 muertos en una noche
Una ola de ataques azotó la ciuadd brasileña. Hubo quema de colectivos y asaltos a puestos policiales. Las autoridades atribuyeron los hechos a narcotraficantes
28 de diciembre de 2006
Diecieséis muertos y 22 heridos fue el saldo de una ola de ataques lanzada la madrugada del jueves contra blancos civiles y policiales de Rio de Janeiro, confirmaron las autoridades.

En el ataque más grave, por lo menos seis pasajeros de un colectivo murieron carbonizados luego de que una banda de pistoleros los asaltara y le prendiera fuego al vehículo, según los bomberos.

Cerca de ocho puestos de policía fueron tiroteados y atacados con granadas en barrios distantes de la ciudad, en hechos que dejaron dos policías, dos civiles y dos delincuentes muertos.

La ofensiva fue atribuida a una reacción de los narcotraficantes a la expansión de los grupos paramilitares, supuestamente integrados por policías y que ya habrían desalojado a los vendedoras de drogas de unas 80 favelas de la ciudad.

Según versiones de prensa, los ataques habrían sido ordenados desde prisiones de Río de Janeiro por jefes de bandas de narcotraficantes que han visto su poder reducido ante el fortalecimiento de los grupos paramilitares.

En carteles arrojados a la calle por los pistoleros, los atacantes acusaron a la gobernadora de Río de Janeiro, Rosinha Garotinho, de incentivar la creación de los grupos paramilitares.

"Rosinha apoya las milicias contra el pobre de las favelas. La milicia masacra a los pobres de la favela y la respuesta es el río de sangre", según uno de los carteles.

Al menos cinco colectivos fueron quemados por los atacantes, entre ellos uno de transporte regional que había partido del estado de Espíritu Santo y se dirigía al estado de San Pablo con 28 pasajeros a bordo.

El vehículo fue interceptado en la avenida Brasil, una de las principales arterias de Río de Janeiro, por un grupo de pistoleros que, tras asaltar a los pasajeros, le prendió fuego al autobús.

Pese a que la empresa Itapemirim, propietaria del colectivo, divulgó una nota en la que dice desconocer el número de víctimas, fuentes de los bomberos informaron de que han rescatado los cuerpos carbonizados de por lo menos seis personas.

La policía informó de que arrestó a tres personas que al parecer están vinculadas con el ataque, que habrían sido identificadas por testigos y que no supieron explicar unas quemaduras que tenían en las manos.

En los ataques a las cabinas y comisarías de policía murieron al menos dos agentes de la Policía Militar, una vendedora ambulante que trabajaba próxima a un puesto policial en el barrio de Botafogo y otro hombre aún no identificado.

La policía informó igualmente de que dos pistoleros que tirotearon un puesto policial en el barrio de Mesquita murieron durante la reacción de los agentes cuando pretendían huir en una motocicleta robada. Junto a sus cuerpos fueron hallados una granada y una pistola, según la nota oficial.

También se registraron ataques contra blancos policiales en los barrios de Alto de Boa Vista, en la zona norte de la ciudad, y Bangú y Barra de Tijuca, en la zona oeste, así como en el centro y en los suburbios de la llamada Baixada Fluminense.