Los periodistas realizan sus tareas monitoreados en forma permanente por supuestos choferes cuya misión, creen, es pasar informes al 'alto mando' del canal
Una compleja situación atraviesan muchos de los cronistas del canal ultraoficialista CN23, quienes denunciaron la "persecución" a la que son sometidos dentro de la empresa parte de personajes que responden a Sergio Szpolski, el más beneficiado con la pauta kirchnerista.
La UTPBA denunció que los trabajadores de CN23 sufren "maltratos" de la empresa y representantes de los empleados revelaron que para muchas coberturas les pusieron choferes especiales que cumplen más el rol de "espías" para el sector empleador.
Por ello, los trabajadores de prensa de CN23, reunidos en asamblea junto a la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), resolvieron por unanimidad repudiar los maltratos reiterados de la empresa para con los compañeros del canal, quienes como consecuencia de esta actitud informaron que los lleva a tener problemas de salud.
Advirtieron a la empresa que se cursará la denuncia correspondiente ante el Ministerio de Trabajo por estos casos.
Además, señalaron que “si se mantiene esta actitud persecutoria podrían generarse situaciones de conflicto que quedarán bajo su exclusiva responsabilidad”.
Según los empleados, el dueño de CN23 se sigue mostrando irritado, inflexible y muy enojado, y quiere sembrarles miedo.
Los trabajadores denunciaron que desde que empezó con el proyecto CN23, bancado clandestinamente con fondos supuestamente públicos, Szpolski echó y reincorporó por presiones sindicales a camarógrafos.
Además, insiste en bajar los sueldos de los cámaras quitándoles derechos adquiridos y que tienen que ver con los gastos de los vehículos que utilizan.
Ya había intentado que los cronistas se pagaran los viáticos para cubrir las notas.
Ante la UTPBA, los empleados explicaron que empezaron a salir a las calles con los periodistas pero sin mochilas equipadas porque no se les dan las garantías ni la cobertura técnica necesaria.
Una curiosa situación que se da es que para las coberturas se les colocaron "choferes" que, según los trabajadores, más que conductores son "espías de la Gestapo", que controlan toda la labor que desarrollan, y en particular que no se hable mal del jefe ni de la situación deplorable por la que atraviesan.