La calificadora de riesgo Standard & Poor’s tiene dudas sobre si Washington podrá enfrentar su rojo nacional, el mayor en 50 años. Bajó calificación a “negativa”
El gigante norteamericano parece que ya no es intocable. La calificadora de riesgo Standard & Poor’s envió una seria señal de advertencia al gobierno de Barack Obama al revisar la baja la perspectiva de la deuda estadounidense de “estable” a “negativa”, poniendo en duda la capacidad de Washington de enfrentar sus rojos.
El anuncio de S&P cayó por sorpresa y arrastró a los mercados hacia abajo. Las principales plazas bursátiles internacionales finalizaron con mayoría de bajas en sus indicadores. Las bolsas en Europa acusaron pérdidas de alrededor de 2%. El Dow Jones perdió 1,14%. Y el oro, que en estos casos se convierte en un lugar de refugio para los inversores, trepó a cerca de los 1.500 dólares la onza.
Actualmente, la calificación de riesgo de la deuda norteamericana goza de la mejor de las calificaciones: “AAA”. Pero la señal de alerta de S&P implica que esa calificación podría rebajarse en los próximos dos años.
“Debido a que Estados Unidos tiene – en relación a (otros países) pares AAA –, lo que consideramos déficits presupuestarios muy grandes y un endeudamiento gubernamental creciente, y el camino para tratar ambas cosas no nos quedan en claro, hemos revisado nuestra calificación de perspectiva de largo plazo de estable a negativa”, dijo S&P en un comunicado.
“Hay un riesgo creciente” de que el gobierno de Barack Obama y la oposición no logren un acuerdo sobre la reducción del déficit antes de la elección presidencial y parlamentaria de noviembre de 2012, afirmó Nikola Swann, analista de S&P.
Desde Washington, el presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Austan Goolsbee, entrevistado por la CNBC, estimó que es necesario “no dar demasiado peso” a Standard & Poor’s, cuyo juicio es “político”.
Goolsbee se mostró seguro además de que se alcanzará un acuerdo a largo plazo sobre la reducción del déficit estadounidense.
A S&P le preocupa que no haya una intención clara en EE.UU. por corregir su déficit y su deuda , temas de una dura confrontación política en Washington.
Obama presentó el miércoles su estrategia para reducir el déficit en 4 billones de dólares en 10 ó 12 años, metódicamente opuesta a la de sus adversarios republicanos . El presidente desea mantener beneficios sociales y aumentar los impuestos a los estadounidenses más ricos. Mientras, los republicanos desean privatizar ciertos programas sociales y hacer rebajas impositivas a los ricos.
El vocero de Barack Obama, Jay Carney dijo a la prensa que la rebaja es “un recordatorio de que es importante alcanzar un acuerdo sobre una reforma fiscal ”.
En lo que va del año fiscal, Estados Unidos ha acumulado hasta 1,65 billones de dólares en deuda nueva, lo que equivale a más de un 10% del PBI. El endeudamiento total asciende con eso a más de 14,2 billones de dólares.
Se trata del mayor agujero en las cuentas públicas de la mayor potencia del mundo en 50 años. El Congreso deberá elevar como tarde el 8 de julio el techo de deuda fijado en 14,3 billones de dólares para que Estados Unidos siga siendo solvente.
Sin embargo, no es seguro que el Congreso respalde la medida, en vista de las fricciones entre partidos en torno a los presupuestos. Los republicanos, por ejemplo, vinculan cualquier prórroga del límite de endeudamiento a que se acometa un drástico recorte de gasto público.
Si bien el anuncio de S&P fue sorpresivo no es casual. Hasta la semana pasada, EE.UU. operó durante seis meses con un presupuesto de emergencia para el ejercicio 2011. Y en menos de dos meses llegará al límite de endeudamiento mientras su déficit ronda los US$ 119.000 millones de media mensual desde 2009.