Una nueva y violenta modalidad delictiva instaló una banda que elige a sus víctimas y las aborda de una manera particular: les choca el auto y así las obliga a bajar.

Velmar Vázquez había sufrido un robo similar en febrero pasado cuando regresaba de cenar con amigos y mientras transitaba por la autopista Riccheri en un coche importado cuando de repente se les cruzó un Peugeot 206 y los arrinconó.

"Por la autopista veníamos solos, no había nadie y de repente apareció de la nada este auto y nos arrinconó mientras nos iba chocando. A Velmar no le quedó otra que frenar porque sino nos matábamos y ahí nos abordaron", relató en su momento uno de los amigos de aquella víctima.

Vázquez se vio obligado a llevar a los ladrones a la casa de su madre, a quien le hizo creer que eran amigos hasta que no pudo más y le dijo: "Mamá, los muchachos son ladrones".

Una familia fue víctima de una modalidad similar mientras mantenían una reunión agradable con alrededor de 20 integrantes.

El hecho ocurrió el domingo a las 2 de la madrugada en una vivienda del partido de La Matanza, donde arribaron tras atacar a un primo del dueño de casa.

El joven regresaba de un casamiento, junto a su novia, a bordo de su vehículo y en la intersección de las avenidas Venezuela y Arieta fue chocado con violencia por un Chevrolet Corsa de color gris, publicó hoy diario Popular.

Enseguida, se bajaron del vehículo seis sujetos, de entre 20 y 25 años, todos armados. "Tenían recortadas y pistolas 9 milímetros", dijo el familiar.

Algunos de los delincuentes, tras amenazas y golpes, obligó a la pareja a llevarlos hasta su domicilio y de esa forma llegaron donde estaba reunida la familia.

Una vez adentro, todos las personas que se encontraban allí fueron amenazados y varios golpeados, mientras que los sujetos se llevaron objetos de valor, dinero y joyas.

Un detalle increíble fue que uno de los delincuentes llevó a los más jóvenes al patio de la casa y jugó con ellos una partida de lotería.

Nahuel, uno de los integrantes de esa familia fue insultado y arrojado al piso al igual que un tío suyo.

"Entraron a punta de pistola, a los gritos. Uno estaba muy nervioso y se descargaba golpeando a los presentes", comentó el joven.

"Nos tuvieron media hora detenidos. Pasó un patrullero, reconocieron que vieron un auto sospechoso pero que no pararon porque los vehículos municipales no están dotados con armas. Parece la situación que les genero más miedo a la policía que a nosotros", añadió.