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21 de noviembre de 2024
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U2, sangre irlandesa y energía para un domingo inolvidable
El último concierto de U2 en Argentina hipnotizó a más de 60 mil espectadores. Espectáculo conceptual y visual. Cantó León Gieco. Excelente organización
4 de abril de 2011
Por Roberto Aguirre Blanco

"No nos olviden", fue el pedido de Bono, un guiño al publico que estaba ya rendido a su pies. Una frase para simplificar el pacto de energía de ida y vuelta que tuvo U2 en su gira en Argentina, que con tres noches en el Estadio Único de La Plata dejó cautivado a miles de seguidores.

Detrás del gran momento de la banda irlandesa, sin dudas ubicada en el sitial de icono de la música internacional, llegan grupos, tal como anticipó el carismático líder de U2, ya consagrados como Coldplay o The Killers que quieren alcanzar ese olimpo único de estrellas del rock, sin embargo, el público argentino selló su fidelidad con los irlandeses.

El domingo U2 cerró su gira en Argentina con dos horas de un show potente, conceptual, con los éxitos de la banda, y la apuesta habitual por sorprender y llevar un mensaje contundente con este nuevo espectáculo: 360º Tour.

Esta gira que comenzó en junio de 2009 subido a la promoción del último trabajo de estudio de la banda "No line on the horizont", ya lleva dos años y terminara el 30 de julio de 2011, y que también tuvo más de siete meses interrumpida por una operación urgente de columna a la cual se sometió Bono a fines de 2009.

La contundencia del show estuvo concentrada también en el gigantesco escenario que se denomina "la Garra", una estructura de casi 60 metros de alto --más alta usada por un conjunto de rock hasta el momento-- y que posee un pantalla giratoria que se agranda según las necesidades temática del espectáculo con potente imágenes en 3D.

Demás esta decir que en su tercera noche en La Plata, como las dos anteriores, los integrantes de U2 demostraron la pasión que les genera tocar ante le público argentino, por el cual sienten una gran debilidad, y que ellos devuelven con una participación activa en el concierto.

La seducción y atracción que genera la figura de Bono hace el resto para que la audición caiga rendida a sus pies, ya no solo por la calidad de su voz, su manejo del escenario, sino también por la fuerza ideológica que su figura representa para muchos de sus seguidores.

Una tormenta que desató media hora antes del recital de U2 la noche del domingo y que mojó con ganas el escenario giratorio y a miles de espectadores que estaban en el sector de campo, no hizo más que aumentar la adrenalina para el gran momento que se desató con impuntualidad irlandesa a las 21:30.

Fueron 120 minutos de contundecia y conceptualidad con Bono al frente de tamaño desafío y con la sobriedad y justeza musical de sus demás compañeros donde ciertamente se destaca la solvencia de The Edge en la guitarra.

Como sucedió el miércoles en el primer show y la noche del sábado, U2 preparó sorpresas para la Argentina y la de este domingo lleno de sangre y energía fue la presencia de León Gieco cantando un fragmento de "Solo le Pido a Dios" junto a Bono con otra guitarra, en homenaje a los combatientes de Malvinas.

Fue un momento altamente emotivo que tuvo como previa la mención de Bono sobre las similitudes entre Irlanda y Argentina, los "enemigos" comunes, el amor por Dios y el fútbol y una mención a la figura del prócer naval Guillermo Brown, nacido en la isla esmeralda.

El sábado, Bono en guiños con el público argentino, había contado que le apasionó aprender a bailar y tango y narró con detalles las aventuras del bajista Adam Clayton, quien conoció hermosas mujeres, probó mate y "se comió unos ricos bombones argentinos".

El show también tuvo la presencia en el segmento de grupo de soporte la contundente actuación de Muse, una banda que dejó en claro la justificación de su actual fama con un set de aplanadora roquera que cautivó a muchos de los presentes.

El grupo británico presentó también sus grandes éxitos y fundamentalmente los de su último trabajo "The Resistenace" y dejó el claro la fuerza de su líder, Matthew Bellamy.

Asimsimo, una mención especial merece la organización del concierto en esa joya arquitectónica que es el Estadio Unico de La Plata, que ya se ganó un espacio merecido para ser centro de atracción de grandes espectáculos internacionales.

El temor de la lejanía --esta mirada tan tipicamente porteña y equivocada-- quedó descartada tras le ajustada organización que tuvo un alto nivel de seguridad, de señales claras para llegar y salir del lugar del show más la tranquilidad y rapidez de accesos.

Para muchos que llegaron a La Plata sin vehículos particulares, los costos de taxis y micros para acceder y luego salir del estadio tuvieron precios sin ningún tipo de abuso y un estricto control.

Salvando los problemas de congestión de autos en la Autopista, algo que es inevitable en cualquier gran evento, el estadio Único de La Plata entró a las ligas mayores de los escenarios para este tipo de espectáculos.

El mundo intenso de U2 giró 360 grados para dejar extasiados a miles de espectadores en tres días y con un guiño de devolución a Bono, los argentinos pueden decir que no se olvidaran fácil de U2.

Colaboró: Fabiana León