Parece una película pero es un hecho real y trágico.

A casi dos años de la caída del avión de Air France en el océano Atlántico, a la altura de Brasil, que le costó la vida a 228 personas, no sólo hallaron resto de la aeronave, sino parte del fuselaje dentro del cual hay cuerpos.

El vuelo cayó en junio de 2009 cuando cubría la ruta Río de Janeiro - París. Por ahora, las cajas negras -claves para determinar qué ocurrió- no aparecen.

Las operaciones para "remontar el avión" y los cuerpos de las víctimas del vuelo podrán comenzar en tres semanas o un mes, anunció la ministra francesa de Transportes, Nathalie Kosciusco-Morizet.

Con la utilización de un barco de rescate y submarinos no tripulados, la misión logró encontrar el avión desaparecido. La búsqueda es la cuarta desde que se perdió el contacto con el avión en 2009.

Desde entonces, los rastros del avión Airbus 330-203 y sus 228 pasajeros quedaron ocultos en las inmensas aguas del atlántico, frente a las costas brasileñas.

El radio de búsqueda analizado en esta oportunidad abarcó unos 10 mil kilómetros cuadrados.

"Tenemos más que rastros, tenemos cuerpos. La identificación es posible", reconoció Nathalie Kosciusko-Morizet, ministra francesa de Medio Ambiente.

El vuelo 447 de Air France viajaba desde Río de Janeiro hacia París cuando atravesó un sistema de tormentas sobre el océano.

Las comunicaciones con la aeronave se interrumpieron y la última información recibida brindaba lecturas erróneas del medidor de velocidad.

El domingo, las autoridades de accidentes francesas anunciaron el hallazgo de una parte importante del fuselaje.

En los rastrillajes submarinos se encontraron, además, de los cuerpos, el motor y parte del fuselaje.

Así, aumentan las esperanzas de encontrar las cajas negras y poder conocer los motivos del accidente.

Además, la recopilación de información y grabaciones que incluyen los dispositivos resultan fundamentales para el perfeccionamiento de las aeronaves en el futuro.