El londinense Tom Hooper, un hombre que prácticamente no tenía antecedentes en Hollywood, se alzó con el premio al Mejor Director, por su trabajo en la realización de "El discurso del rey".

De hecho, "El discurso del rey" es apenas el tercer largometraje que Hooper lanzó como director, ya que desarrolló la mayor parte de su carrera en la televisión de Gran Bretaña. Sus anteriores filmes fueron "Damned United" y "Red Dust".

Al recibir el premio agradeció especialmente a su madre, presente entre la audiencia, porque ella fue quien le dio la idea para llevar adelante el filme sobre el rey Jorge VI y su problema de tartamudez. "La moraleja es que hay que escuchar a las madres", remató.

La premiación de Hooper fue una de las pocas sorpresas en la noche de los Oscar, ya que todos esperaban que la estatuilla fuera a parar a manos de David Fincher, realizador de "Red social". Los otros que quedaron en el camino fueron Darren Aronofsky ("El cisne negro"), Christopher Nolan ("El origen") y los hermanos Coen ("Temple de acero").