Esta es una de las causas que impiden que baje el nivel de pobreza. La otra razón es la inflación, vinculada a los productos para cubrir las necesidades más básicas
El 74,7% de los que trabajan están excluidos de la seguridad social; o sea que tres de cada cuatro personas que tienen un empleo y están ubicadas en el estrato social más bajo desarrollan sus tareas en la economía informal.
Así lo refleja un reciente estudio de la consultora SEL, en donde se analiza que ese elevado índice de trabajo en negro entre los más desfavorecidos -que persiste en el tiempo- es una de las causas por las que no se logra una caída significativa del índice de pobreza. La otra razón ineludible que traba una posible mejora de la situación social como fruto del crecimiento económico es la inflación, y, principalmente, la vinculada a los productos para cubrir necesidades más básicas de las familias.
Según el estudio, la informalidad laboral llega al 74,7% entre los trabajadores del 20% más pobre de la población. En la otra punta, el 20% mejor posicionado muestra un índice de empleo sin contribuciones a la seguridad social del 10,3 por ciento.
No es la única diferencia entre un sector de la sociedad y otro. Si se comparan los datos con los registrados en 1998, en el caso de los más pobres hubo un leve incremento del índice (era del 72,9%), en tanto que en el 20% con mayores ingresos, hoy la tasa es bastante menor (era del 16,9%).
Los datos corroboran, de alguna manera, la alta brecha entre los ingresos formales e informales, y también las menores probabilidades de acceso al empleo formal que tienen muchas veces, por el factor educativo, quienes se ubican en los estratos más bajos.
Si bien los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) pretenden decir que la pobreza afecta al 12% de los habitantes del país, en varios centros de estudio se estima que el índice ronda el 30 por ciento. El dato que principalmente explica la brecha entre ambos cálculos es el de la evolución de los precios de las canastas de bienes básicos. Esos valores se utilizan para definir cuál es el ingreso básico requerido para que una familia sea considerada fuera del alcance de la pobreza.
Según los polémicos datos difundidos por el Gobierno, con un ingreso mensual de al menos $ 1265, un hogar integrado por un matrimonio y dos niños ya no es contado como pobre.
El informe de SEL muestra que la incidencia de la pobreza es alta, incluso, entre los que tienen empleo, cuando se observa el mercado laboral informal. Si se admiten como válidos los datos de ingresos declarados por las personas ocupadas en la encuesta de hogares del Indec, pero se toman los precios de los productos relevados por consultoras independientes, la pobreza llega a alrededor del 25% entre quienes tienen ocupaciones más precarias, mientras que entre los que están en blanco la incidencia de esa problemática ronda el 5 por ciento.
Los datos del informe de SEL -que están basados en los resultados de la encuesta de hogares que realiza el Indec para sus indicadores laborales- muestran que la mayor parte de los asalariados no registrados trabaja en unidades de producción muy pequeñas. El 54,6% del total de asalariados sin aportes está en microempresas de hasta cinco ocupados. Y otro 20,6% se desempeña en lugares que tienen entre seis y diez empleados.