En su declaración ante la fiscal de la causa, el oficial Gonzalo Kapp, detenido por el crimen de Lucas Rotella, ocurrido el sábado en la ciudad bonaerense de Baradero, admitió que disparó contra el muchacho, pero dijo que no sabía que su arma estaba cargada con postas de plomo.

Así lo aseguraron fuentes judiciales que dijeron que la declaración del oficial, ante el fiscal Marcelo Manso, a cargo de la investigación del asesinato, se extendió durante más de tres horas.

El asesinato conmovió a la ciudad de Baradero, donde el mismo sábado hubo algunos incidentes frente a la comisaría y donde decenas de amigos de Lucas acompañaron ayer el cortejo fúnebre que llevó los restos del chico hasta el cementerio.

Hasta el entierro fue también Jennifer, hija de Kapp, para pedirles disculpas a los hermanos del joven.

"Lo que hizo mi papá es un desastre y no me gustaría que me culpen a mí", les dijo la chica, que vive a pocas cuadras de la familia Rotella.

Pese a las declaraciones del policía detenido, el intendente de Baradero ya había considerado que se trató de un caso de gatillo fácil.

Y varias personas que participaron en las protestas aseguraron que Kapp ya había protagonizado otros hechos de abuso de autoridad.

Tras declarar, el oficial fue nuevamente trasladado a una celda de la comisaría de Arrecifes en la que permanece detenido acusado del delito de "homicidio calificado".