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21 de noviembre de 2024
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Indignados, egipcios le arrojan sus zapatos a Hosni Mubarak
Cientos de miles de personas en la plaza Tahrir de El Cairo exigen que el presidente deje el poder. La gente se mantiene firme y pone a Mubarak en una encrucijada
11 de febrero de 2011
Cientos de miles de personas en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo estallaron en un rugido de "íVete, vete!" tras conocerse que el presidente Hosni Mubarak no renunciará y que delega poderes al vicepresidente Omar Suleiman.

"Nos nos vamos, él debe irse", gritaban algunos mientras arrojaban zapatos contra una imagen suya y lo insultaban.

En el mundo árabe, arrojar los zapatos a una persona o imagen es una de las mayores ofensas.

El propio ex presidente norteamericano George Bush sufrió en su momento que un periodista musulmán le arrojara sus zapatos en una conferencia de prensa.

En tanto, Barack Obama instó al gobierno egipcio a explique en qué consistirán los cambios anunciados.

Mostrando su ira, la multitud, que desde hacía horas abarrotaba el epicentro de la protesta contra el régimen egipcio en espera del discurso de Mubarak, explotó en violentos gritos de "Te vamos a enterrar bajo tierra" y "El pueblo exige la caída del régimen".

El aire se impregnaba de decepción y empezaron a oírse llamamientos entre la multitud para dirigirse al palacio presidencial y sacar a Mubarak de allí por la fuerza.

Mubarak confirmó que no renunciará frente a la presión de los miles de manifestantes instalados en la plaza , y frente a la opinión de la comunidad internacional, especialmente los Estados Unidos.

"Cumpliré con mis responsabilidades hasta que el poder se transfiera a los ciudadanos elegidos en elecciones justas y libres en septiembre. Voy a proteger la seguridad del país a pesar de esta crisis", afirmó Mubarak por cadena nacional. Y agregó: "Soy conciente que ante un error se debe cambiar. Yo como presidente rectificar los errores cometidos".

Mubarak dijo en su discurso transmitido por televisión, que las demandas de los manifestantes, que exigen su renuncia inmediata, son justas y legítimas. También dijo que solicitó seis enmiendas constitucionales con respecto a una de las demandas de los manifestantes y también que retirará las leyes de emergencia, que han sido muy rechazadas por la población, cuando la seguridad del país se lo permita.

El presidente de Egipto volvió a recordar que no se presentará a participar de las próximas elecciones. "Estoy comprometido con esto ante Dios y el país", aseguró, a la vez que indicó que está transfiriendo poderes a su vicepresidente Omar Suleiman, de acuerdo a lo establecido en la Constitución para demostrar que las demandas de manifestantes serán cumplidas a través del diálogo.

Asimismo, afirmó que creía en la honestidad de las demandas de los manifestantes y en sus intenciones. "El pueblo está determinado y unido. Con nuestro compromiso hacia el pueblo, vemos la determinación nacional. Este espíritu continuará siempre que tengamos el apoyo del pueblo", indicó, antes de recordar: "He dedicado mi vida a este país. No abandonaré este país hasta que me entierren aquí".

"Egipto está atravesando momentos terribles, donde se daña la imagen del país y la economía. Estamos todos en el mismo barco. Debemos continuar profundizando el diálogo. Superar la crisis y reestablecer la confianza en la economía y el estilo de vida que hemos vivido", manifestó.

Mubarak prometió que castigará a las personas detrás de la violencia desatada en las últimas dos semanas y expresó sus condolencias a las familias de los centenares de muertos y miles de heridos: "Respecto a las pérdidas humanas yo he insistido y enviado a la Justicia para que se investigue cada uno de los hechos".