La Presidenta envió así una respuesta al gobierno de Daniel Scioli y a los intendentes bonaerenses, que se resisten a aceptar la estrategia electoral de la Casa Rosada
La presidenta Cristina Kirchner avanzará la estrategia de usar las listas colectoras para las próximas elecciones, una herramienta que busca ampliar la base de apoyo electoral para el oficialismo más allá de la estructura del PJ.
Así lo ordenó a sus colaboradores más cercanos, con objetivo en la mira: la jefa del Estado les envió así una respuesta al gobierno de Daniel Scioli y a algunos intendentes del conurbano bonaerense, que se resisten a aceptar la estrategia electoral de la Casa Rosada.
Cristina Kirchner en persona se comunicó con el diputado oficialista Carlos Kunkel para pedirle que instalara la estrategia de la Casa Rosada. El legislador fue contundente: "No hay un mecanismo para impedir que un partido provincial adhiera a una fórmula nacional". Con esas palabras, avaló la postulación impulsada por la Casa Rosada del diputado Martín Sabbatella para la gobernación bonaerense, que iría pegado de la boleta nacional de la Presidenta, compitiendo directamente contra Scioli, según pudo saber La Nación.
Según contaron altos funcionarios, Cristina Kirchner está enojada por el tono que usaron algunos jefes comunales. Siente que las críticas públicas son en realidad una "presión" y su respuesta fue un contraataque. No sólo mandó a sus diputados a ratificar la idea del Gobierno, sino que envió gestos directos de apoyo a Sabbatella.
Unas palabras apenas perceptibles al oído del ex intendente de Morón, ayer, durante un acto en Balcarce 50, bastaron para que se disparara un torbellino en torno a la tensa relación que une a la Casa Rosada con Scioli y con los jefes comunales que criticaron las colectoras. "Martín, te vi ayer en televisión. Me encantó lo que dijiste. Estuviste muy bien, te felicito", le dijo la Presidenta al referente de Nuevo Encuentro.
Aunque habían sido invitados, los intendentes faltaron ayer en masa al acto en el que la Presidenta hizo anuncios para combatir la inflación. Sólo estuvo el de José C. Paz, Mario Ishii, y el de Quilmes, Francisco "Barba" Gutiérrez, ambos dispuestos a aceptar la estrategia electoral de la Presidenta. Las ausencias fueron leídas en la Casa Rosada como un abierto desafío. "No nos vamos a dejar presionar", contó a La Nacion un dirigente que habló con la jefa del Estado.
El malestar del Gobierno se concentra en Scioli y algunos intendentes. En los despachos oficiales veían en las últimas horas con desconfianza que los jefes comunales se pasearan por televisión y radio con críticas a la Casa Rosada. Otra vez, a los funcionarios nacionales los persigue el recelo frente al gobernador bonaerense. Fue su ministro de Desarrollo Social, Baldomero "Cacho" Alvarez, que calificó a Sabbatella de "oportunista". Los ministros nacionales, según reconstruyó LA NACION, creen que lo hizo con la anuencia de Scioli.
Incluso, un dato preocupó fuerte a la Casa Rosada en estas horas. Para que Sabbatella pueda acompañar la boleta de la Presidenta, el PJ a nivel nacional debe aprobar una alianza antes de los comicios. El partido, tras la muerte de Néstor Kirchner, quedó en manos de Scioli. El gobernador tiene entonces la llave para definir la adhesión del ala progresista. Aunque el mandatario bonaerense hizo públicas sus muestras de que la Presidenta es la conductora del peronismo, en el Gobierno temen una jugada para evitar la colectora.
A la defensa que hizo Kunkel se sumó ayer el diputado kirchnerista y apoderado del PJ Jorge Landau. "No existe ninguna prohibición expresa ni en la ley nacional ni en la ley provincial para usar colectoras", aclaró ante una consulta de LA NACION.
En el gabinete nacional ayer los funcionarios dieron muestras de alineamiento. Zannini habló con Sabbatella al mediodía tras el acto en la Casa Rosada y le agradeció que haya ido acompañado por los diputados de su partido, como Carlos Heller y Ariel Basteiro.
Antenoche, Aníbal Fernández les ratificó a varios allegados que la estrategia de la Presidenta era apoyar las colectoras, que se llamarán "listas de adhesión".
La peor parte se la llevaron Randazzo y De Vido, que debieron escuchar las quejas de los intendentes, como el de Ituzaingó, Alberto Descalzo; de Hurlingham, Luis Acuña, o de Tres de Febrero, Hugo Curto, los distritos más reacios y cercanos a Morón, bastión del sabbatellismo.