3 de diciembre de 2024
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En Salta, murieron otros dos bebés por desnutrición
Por el drama del hambre, y según cifras oficiales, en sólo 15 días ya fallecieron 7 niños. Las nuevas víctimas son un nene de un año y una nena de dos
10 de febrero de 2011
La pobreza golpea a Salta donde más le duele. Otros dos bebés murieron por desnutrición, y se suman a las 5 pequeñas víctimas del hambre en la Provincia.
Se trata de Santiago Natanael Torres, de la misión Sachapera I, quien murió el martes a las 18.45 en el Hospital Juan Domingo Perón, de Tartagal, por “deshidratación grave como consecuencia de gastroenteritis”. Hoy hubiera cumplido un año.
El mismo día también murió una pequeña de apellido Pintos, de 2 años, de la misión Los Baldes (cerca de la localidad de Morillo, 500 kilómetros al noreste de la capital salteña), según confirmó el director de Medicina Social del gobierno provincial, Enrique Heredia.
“No queremos ocultar los muertos debajo de la alfombra”, dice Heredia. Con estos dos casos ya son siete los bebés aborígenes muertos por desnutrición en Salta en los últimos 15 días.
La directora del hospital de Morillo, Fernanda Siuffi, contó que la nena murió el martes. “Nos enteramos porque a la noche la enfermera del puesto de salud del paraje La Entrada (a 5 kilómetros de la misión Los Baldes) se subió a una antena de radio, y desde allí logró señal y mandó unos mensajes de texto diciendo que había muerto una nena . Aún no conocemos las causas precisas”, aseguró.
Desde la calle San Miguel, en la misión Sachapera I (una comunidad wichí donde conviven varias etnias), se escucha el desgarrador llanto de Gabriela Villa, una joven toba de 26 años, madre de Santiago. Entonces toma la palabra Adriana Villa, la tía del bebé: “Mi sobrino era gordito. Había comenzado a perder peso y la semana pasada tuvo diarrea. Mi hermana lo llevó al hospital. Le dieron suero y no lo internaron”.
El martes, a la hora de la siesta, a Santiago lo llevaron al hospital junto a su prima Victoria, de 1 año y 11 meses. “Ella está desnutrida y había comenzado con diarreas y vómitos. La hidrataron con suero y la despacharon a la casa”, cuenta Adriana al diario Clarín.
“En tres horas se me murió mi hijo” , afirma el chulupí Marcos Torres, papá de Santiago. Bastó que el vecino Benito Vaca martillara el primer clavo en la tapa del féretro para que Gabriela rompa en llanto para despedir a su hijo. Antes de que el cortejo parta hacia el cementerio de la misión del Kilómetros 6 debieron llevarla al hospital para un control de la presión arterial.
Ya en el monte, donde las cruces emergen en medio de una pequeña selva verde, Marcos confía: “Mañana –por hoy–, Santiago iba a cumplir 1 año. El domingo se lo íbamos a festejar con un chocolate. Y el sábado tenía que comprarle un triciclo. Eso le queríamos regalar. Desde hace varios meses venía juntando los 300 pesos que me pedían”.
En el hospital de Tartagal aún seis nenes permanecen internadas con cuadros de diarreas y vómitos, mientras que hay una docena en observación. Ya comenzaron a llegar los agentes sanitarios a Tartagal y los diez equipos que van a atender en carpas en las misiones aborígenes.
Se trata de Santiago Natanael Torres, de la misión Sachapera I, quien murió el martes a las 18.45 en el Hospital Juan Domingo Perón, de Tartagal, por “deshidratación grave como consecuencia de gastroenteritis”. Hoy hubiera cumplido un año.
El mismo día también murió una pequeña de apellido Pintos, de 2 años, de la misión Los Baldes (cerca de la localidad de Morillo, 500 kilómetros al noreste de la capital salteña), según confirmó el director de Medicina Social del gobierno provincial, Enrique Heredia.
“No queremos ocultar los muertos debajo de la alfombra”, dice Heredia. Con estos dos casos ya son siete los bebés aborígenes muertos por desnutrición en Salta en los últimos 15 días.
La directora del hospital de Morillo, Fernanda Siuffi, contó que la nena murió el martes. “Nos enteramos porque a la noche la enfermera del puesto de salud del paraje La Entrada (a 5 kilómetros de la misión Los Baldes) se subió a una antena de radio, y desde allí logró señal y mandó unos mensajes de texto diciendo que había muerto una nena . Aún no conocemos las causas precisas”, aseguró.
Desde la calle San Miguel, en la misión Sachapera I (una comunidad wichí donde conviven varias etnias), se escucha el desgarrador llanto de Gabriela Villa, una joven toba de 26 años, madre de Santiago. Entonces toma la palabra Adriana Villa, la tía del bebé: “Mi sobrino era gordito. Había comenzado a perder peso y la semana pasada tuvo diarrea. Mi hermana lo llevó al hospital. Le dieron suero y no lo internaron”.
El martes, a la hora de la siesta, a Santiago lo llevaron al hospital junto a su prima Victoria, de 1 año y 11 meses. “Ella está desnutrida y había comenzado con diarreas y vómitos. La hidrataron con suero y la despacharon a la casa”, cuenta Adriana al diario Clarín.
“En tres horas se me murió mi hijo” , afirma el chulupí Marcos Torres, papá de Santiago. Bastó que el vecino Benito Vaca martillara el primer clavo en la tapa del féretro para que Gabriela rompa en llanto para despedir a su hijo. Antes de que el cortejo parta hacia el cementerio de la misión del Kilómetros 6 debieron llevarla al hospital para un control de la presión arterial.
Ya en el monte, donde las cruces emergen en medio de una pequeña selva verde, Marcos confía: “Mañana –por hoy–, Santiago iba a cumplir 1 año. El domingo se lo íbamos a festejar con un chocolate. Y el sábado tenía que comprarle un triciclo. Eso le queríamos regalar. Desde hace varios meses venía juntando los 300 pesos que me pedían”.
En el hospital de Tartagal aún seis nenes permanecen internadas con cuadros de diarreas y vómitos, mientras que hay una docena en observación. Ya comenzaron a llegar los agentes sanitarios a Tartagal y los diez equipos que van a atender en carpas en las misiones aborígenes.