Con una tozudez ya insólita, el dictador egipcio fue el único de los jerarcas del régimen que no dejó el partido oficial, al que incluso renunció su hijo y delfín
El dictador egipcio, Hosni Mubarak, parece dispuesto a dejar que su país se desangre.
Una información errónea del canal de noticias árabe Al Arabiya sobre la supuesta dimisión de Mubarak, como líder del partido de gobierno, causó revuelo en el país.
Al Arabiya informó en un primer momento de la renuncia de Mubarak como presidente del gobernante Partido Nacional Democrático (PND), junto con varios altos miembros de la formación.
La propia emisora corrigió después sus informaciones y señaló que el presidente no había dejado el cargo, aunque sí la cúpula del PND.
Entre los dirigentes que dejaron el cargo están el hijo del mandatario, Gamal Mubarak, hasta ahora presidente del comité político del partido, así como el secretario general Safwat al Sherif, también portavoz de la segunda Cámara del Parlamento egipcio.
En Egipto, donde millones de personas protestan desde hace casi dos semanas contra Mubarak, continuaba así la incertidumbre sobre el futuro del presidente, de 82 años.
El hecho de que el partido nombrara inmediatamente a Hossam Badrawi como sucesor de Al Sherif y Gamal Mubarak en sus cargos es considerado como un indicio de que ambos políticos fueron forzados a dejar sus puestos. Badrawi es uno de los líderes del ala reformista del PND.
Gamal Mubarak era considerado por las élites económicas de Egipto hasta hace pocas semanas como el posible sucesor político de su padre.
Pese a que apoya la vía democrática, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo que esa opción podría generar riesgos de "caos" con una coyuntura "perfecta" para una "tormenta" y abogó por gobiernos "responsables" en la región.
Durante una conferencia sobre Seguridadm, en Múnich, Clinton se refirió a las rebeliones de los jóvenes en países árabes, especialmente en Túnez y Egipto. "La región es sacudida por una tormenta perfecta de potentes tendencias", dijo.
"Es esto lo que ha empujado a los manifestantes a las calles de Túnez, El Cairo y en ciudades de toda la región. El estatus quo simplemente es insostenible", apuntó.