Maria Schneider, protagonista junto a Marlon Brando de la impactante película de Bernardo Bertolucci, falleció a los 58 años a causa de una larga enfermedad
La actriz francesa Maria Schneider, protagonista junto a Marlon Brando del filme "El último tango en París", que en los 70 causó un gigantesco escándalo por su erotismo, murió hoy en París a los 58 años, a causa de una larga enfermedad, indicó su familia.
"Maria murió esta mañana en París tras una larga enfermedad", declaró un allegado a la actriz, que tenía 19 años cuando encarnó la heroína de esa película dirigida por el italiano Bernardo Bertolucci, que se estrenó en 1972.
Schneider será enterrada en el cementerio parisino de Père-Lachaise, tras una ceremonia religiosa cuya fecha será anunciada ulteriormente, indicó la familia.
La imagen de Schneider estará seguramente siempre vinculada con la mantequilla, por una de las escenas más cargadas de erotismo de "El último Tango en París", rodada en un apartamento vacío en un barrio burgués de París.
El ministro francés de Cultura, Frederic Mitterrand, saludó el jueves la "singular imagen" que dejó la actriz francesa convertida en un "ícono del cine" tras su actuación en "El último tango en París".
Schneider, distinguida meses atrás con la orden de Caballero de las Artes y las Letras francesa, trabajó en películas de grandes directores del siglo XX como René Clément, Michelangelo Antonioni, Jacques Rivette o Luigi Comencini, recordó Mitterrand.
La actriz francesa fue considerada una actriz maldita que pasará a la historia por haber dado la réplica a Marlon Brando en El último tango en París.
Aquel papel, que interpretó con 19 años, bajo la dirección de Bernardo Bertolucci , fue el preludio de una carrera en la que se ilustró junto a otros grandes de la gran pantalla, como Michelangelo Antonioni, Jacques Rivette, Claude Chabrol y Franco Zeffirelli.
Pero su interpretación de Jeanne en el film de Bertolucci fue también una experiencia traumática para una joven intérprete que se vio encerrada en papeles eróticos que le impidieron mostrar un talento más diverso, como señala el director de la Cinemateca francesa, Serge Toubiana.
Hija del actor Daniel Gélin, quien nunca la reconoció, y de la modelo rumana Marie-Christine Schneider, nació el 27 de marzo de 1952.
La actriz comenzó su carrera en teatro con tan sólo 15 años, antes de pasar a la gran pantalla de la mano de Terence Young en L'Arbre de Noël , en 1969.
Más tarde, trabajó Alain Delon en Madly, de Roger Kahane, y participó en varias películas antes de ser seleccionada por Bertolucci para su cinta.
Fue el director italiano quien la eligió personalmente de entre un centenar de jóvenes que se presentaron a la selección.
Era una gran oportunidad para ella, pero el imponente papel en la polémica obra acabó por encasillarla. Además de provocarle una profunda crisis personal, porque, como aseguró, era demasiado joven e inocente para un papel tan crudo.
En alguna ocasión llegó a contar que Bertolucci no le avisó de la escena en la que Brando le practicaba sexo anal ayudándose de manteca.
Después de aquel protagónico, Schneider no quiso volver a salir desnuda en ninguna de las películas en las que trabajó.
En contra de su voluntad, se convirtió en una figura de la revolución sexual junto con Brigitte Bardot, en cuyo apartamento vivía mientras se rodaba El último tango en París.
Otro de sus grandes papeles lo consiguió en Professione: reporter, de Antonioni, donde interpretó a la misteriosa mujer que encuentra el reportero recién llegado de África.
En paralelo a su carrera artíctica, Schneider parecía cerrarse sobre sí misma y ahí comenzó a ganarse su fama de actriz maldita, entre drogas y depresiones.
Merry Go-Round, de Rivette, L'imposteur , de Luigi Comencini, y La Baby-sitter , de René Clément, fueron algunas de sus principales apariciones.
En 1980 logró el César del cine francés a la mejor actriz secundaria por su actuación en La Dérobade , su mayor recompensa.
Mientras el cine le daba la espalda, Schneider encontraba refugio en la televisión, donde protagonizó diversas series.
En 2000 protagonizó Les acteurs, de Bertrand Blier, donde se interpretó a sí misma, y su última aparición en el cine fue hace tres años, cuando tuvo un papel en Cliente, de Josiane Balasko.