Funcionarios del régimen de Mubarak admitieron que en el choque entre grupos oficialistas y opositores hubo muertos y gran cantidad de lesionados
Un día después que el presidente egipcio, Hosni Mubarak se negara a abandonar el poder de inmediato, como lo exigieron multitudinarias marchas de protesta y lo sugirieron varios países de la la comunidad internacional, entre ellos EE.UU., partidarios y adversarios del gobierno se se enfrentaron en El Cairo, con un saldo de tres muerto y más de 640 heridos.
Por la noche, el ejército se había desplegado masivamente en la plaza Tahrir (Liberación en árabe), una inmensa explanada del centro de El Cairo que se ha convertido desde el 25 de enero en fortín de los manifestantes opuestos a Mubarak.
Un periodista de la AFP escuchó al menos cinco disparos y vio un herido por impacto de bala, sin poder determinar de dónde procedían y el tipo de armas con los que fueron efectuados. Según el ministro de Salud Ahmed Hosni Farid, citado por la televisión pública, tres personas murieron y otras 640 resultaron heridas, en su mayoría por pedradas.
Miles de partidarios de Mubarak irrumpieron al inicio de la tarde en la plaza Tahrir, en el centro de la capital, donde se encontraban miles de opositores que ocupaban el lugar desde hacía nueve días. En cuestión de minutos, los dos bandos empezaron a lanzarse piedras y a golpearse a palos, en una batalla campal que dejó oficialmente un soldado muerto, informó un portavoz del Ministerio de Salud.
Según fuentes médicas consultadas en una mezquita de la plaza transformada en hospital improvisado, los incidentes dejaron más de 640 heridos. Tras caer la noche, los partidarios de Mubarak lanzaron cócteles molotov y también hubo disparos de gases lacrimógenos. Dos de esas botellas incendiarias cayeron en el patio del museo arqueológico egipcio, que contiene riquezas inestimables de la época de los faraones, pero el fuego no llegó a propagarse.
Los partidarios de Mubarak irrumpieron en la plaza por un acceso vigilado la víspera por soldados. Medio millón de personas se habían reunido ayer en Tahrir para pedir la renuncia inmediata del presidente, de 82 años, en el poder desde 1981.
La oposición acusó a policías de civil de haberse infiltrado en la plaza, donde ya se produjeron violentos enfrentamientos el viernes y el sábado entre los manifestantes y la policía. Según la ONU, las protestas que se iniciaron el martes de la semana pasada habrían dejado 300 muertos en todo el país.
Horas antes de los enfrentamientos, el ejército, que el lunes se había granjeado la simpatía de los manifestantes al considerar "legítimas" sus reivindicaciones, los instó a poner fin a su movilización.
"Con mi cuerpo y con mi sangre defenderé a Mubarak", gritan los seguidores del presidente. Por su parte, los Hermanos Musulmanes, principal fuerza de oposición, rechazaron que el mandatario permanezca en el poder hasta el fin de su mandato en septiembre. "El pueblo rechaza todas las medidas parciales propuestas por el jefe del régimen y no acepta más alternativa que su partida", indicó la agrupación en un comunicado.
Mubarak, de 82 años, en el poder desde 1981, prometió ayer en un mensaje trasmitido en vivo por la televisión estatal que se abstendría de buscar un nuevo mandato en la elección presidencial de septiembre próximo y que hará un pasaje de poder pacífico a quien sea electo por el pueblo. La noticia no fue bien recibida por las personas que se encontraban en las calles y en lugares como Alejandría se registraron serios incidentes.
En el mensaje Mubarak aseveró que siempre trabajó para Egipto y lo seguirá haciendo hasta el último minuto de su vida. Además, manifestó que no abandonará el país huyendo al exilio como lo hizo hace pocas semanas el ex presidente tunecino Ben Alí.