La defensoría de la Tercera Edad relevó los precios de un conjunto de productos y servicios cuyo valor se elevó desde los $ 2053 a $ 2458 en tan sólo siete meses
Los jubilados siempre son los más perjudicados. La canasta de los adultos mayores se encareció un 19,74% en siete meses, de acuerdo con un cálculo de la defensoría de la Tercera Edad. En mayo, la defensoría había elaborado una canasta del jubilado que llegaba a un costo total de $ 2053,45, para una sola persona. Este mes, ese mismo paquete de productos llegó a costar 2458,81 pesos.
La recomposición de los haberes, cuyo mínimo pasó desde septiembre de 895 a 1046 pesos (un 16,9%) y llegó a los 1091 para los que reciben el plus del PAMI, acortó la brecha, pero está todavía muy lejos de la cifra estimada por la defensoría. "La mínima -señaló a lanacion.com el Ombudsman de la Tercera Edad, Eugenio Semino- cubre apenas un 40% del valor de la canasta". Y ni siquiera alcanzaron ese precio los más de 4 millones de beneficiarios del "presente" oficial de Navidad, que elevó (en forma excepcional) la suma de sus haberes por encima de los $ 2000, según informa el diario La Nación.
"Si estos aumentos se proyectan al año, las subas son del 36 o 37%, contra un 26% de mejoras que tuvieron los jubilados en el año", contrastó Semino.
"Las alzas más significativas se vieron en alimentos, especialmente frescos como la carne. En este caso, el precio se duplicó", explicó el defensor de los jubilados, quien aclaró que la pauta calórica con la que se compone la canasta para un adulto mayor incluye sólo dos kilos.
Otros precios que treparon significativamente fueron los del aceite -que pasó de 4 a 10 pesos el litro-, el pollo -de 10 a 12,90- y los lácteos -como el saché de leche descremada, que se acercó a los 4 pesos-.
El próximo aumento en el horizonte de los jubilados tendrá lugar en marzo, de acuerdo con lo previsto por la Ley de Movilidad Jubilatoria. Pero será difícil mantener los haberes a flote, ya que el ritmo inflacionario galopará cerca del 30% el año que está por comenzar, según estimaciones privadas. Teniendo en cuenta los antecedentes, Semino estimó que de la fórmula podría resultar un alza en torno del 10%.
En la canasta elaborada por la defensoría se suman distintos requerimientos de los jubilados para un mes de subsistencia. En función de una dieta media se suma el valor de diferentes alimentos y se añaden artículos relacionados con la salud, tocador y limpieza, vivienda, y servicios como transporte, vivienda y recreación.
El conjunto excluye, entre otros, productos típicos de la canasta navideña. El precio de un bolsón, según lo relevado en supermercados de barrios porteños, fue estimado en alrededor de $ 170. La suma que supera ampliamente el monto de la jubilación mínima tampoco contempla gastos extras en salud o dietas especiales, algo nada extraño en el día a día de los abuelos. Y ni hablar de vacaciones, mascotas o regalos.