La Presidenta modificó el presupuesto de este año con recursos que no fueron previstos originalmente. Otra vez la metodología K de recurrir a los cuestionados DNU
La presidenta Cristina Kirchner hizo más modificaciones al presupuesto 2010 para sumar recursos que no estaban previstos y aumentar una vez más los gastos.
Como tales facultades están reservadas al Congreso, debió recurrir una vez más a un decreto de necesidad y urgencia (DNU), instrumento al que ya había apelado en noviembre pasado, cuando aumentó las partidas de gastos en poco más de $ 30.200 millones, según indica el diario La Nación.
La semana anterior había apelado a los superpoderes del jefe de Gabinete en dos ocasiones para volver a subirlo en otros casi $ 6000 millones, y esta vez, con el nuevo DNU acrecentó los gastos corrientes y de capital en $ 10.118 millones. Pero como el kirchnerismo tiene una particular manera de llevar las cuentas, y parte de lo que gasta lo computa como inversiones financieras, la cuenta total se eleva a $ 39.548,7 millones adicionales.
Allí aparecen como inversiones financieras las asistencias concedidas a provincias, que siempre se refinancian y difícilmente se cobren. Durante los primeros años del kirchnerismo se anotaron como préstamos los subsidios al sector eléctrico, por ejemplo, sabiendo que sin un cambio de tarifas -que jamás se produjo- nunca podría devolverse el dinero.
También aparecen los préstamos a empresas privadas, como algunas automotrices, concedidos por la Anses, sin que se detallen los nombres. Confiando en que tales créditos serán devueltos, de todas formas, el efecto es el de un aumento enorme del gasto público y no del ahorro estatal, con todos sus efectos sobre el nivel de actividad y de inflación.
El DNU de ayer transparenta a las claras cuáles son los principales problemas del Gobierno. Hay fuertes sumas para las provincias que la semana pasada, con los superpoderes del jefe de Gabinete, habían recibido $ 300 millones. El aporte se hizo con tanto sigilo que figuró en las planillas anexas, pero no en los considerandos de la medida. Ahora aparecieron nuevos recursos, para preparar con urgencia a la Gendarmería para que custodie el inseguro conurbano bonaerense, pero también para planes de vivienda, distintos programas de asistencia social y fondos para obras y gastos corrientes.
Otros destinos de los recursos parecen barriles sin fondo o trampas en las que el Gobierno cayó tras armarlas, y ahora no sabe cómo salir. Es el caso de los subsidios a los servicios públicos, cuyo monto total no para de crecer. Esta vez fueron casi $ 1000 millones.
Ninguna de las millonarias modificaciones presupuestarias con aumento de partidas resultó suficiente y casi sobre el último día del año hubo que volver a reforzarlos, mientras se multiplicaban los cortes de luz, y el ministro Julio De Vido era provisto de cerca de $ 2000 millones en la cuenta financiera para pagar deudas con los chinos por material ferroviario, y con la Venezuela de Hugo Chávez, por las compras de fueloil.
Fuera de su función como financista del sector público, comprando títulos públicos, y del privado, concediendo préstamos, la Anses también ocupó un lugar relevante en el aumento de los gastos corrientes. Con mayores recursos propios que los previstos pudo financiar también el pago de la asignación extra a los jubilados, que no figuró en la ampliación de noviembre último. También tuvo mayores recursos y gastos para financiar el aumento de la asignación universal por hijo.
En tanto, los aumentos destinados al Ministerio de Trabajo fueron para financiar la burocracia y el funcionamiento, admitiendo mejoras salariales y de otras remuneraciones que no estaban contempladas en el presupuesto 2010.
Según las jurisdicciones, los grandes beneficiarios de los mayores recursos, por recaudación, por colocación de deuda pública y por operaciones financieras que terminan liberando gasto, fueron precisamente la Anses, el Ministerio de Planificación y las provincias (más de $ 1300 millones fueron para el interior).
Del ministro Julio De Vido no sólo dependen los subsidios a los servicios públicos, que otorgan gran poder de presión y negociación con el sector privado. También algunos otros destinados a provincias, que dan gran capacidad de maniobra política. De Planificación también depende Vialidad, en tanto que la cartera influye en Enarsa (350 millones), Yacyretá (120 millones) y las redes de alta tensión que se ampliarán.
Otro pozo sin fondo que volvió a requerir recursos fue Aerolíneas Argentinas ($ 81 millones esta vez), que casi todos los meses a partir de junio estuvo recibiendo incrementos. También el DNU resultó un sinceramiento de muchas de las maniobras de distracción que el Poder Ejecutivo hizo durante el ejercicio, aunque parecía que tales desaguisados ya habían sido totalmente emprolijados.
Hasta noviembre, y con el Congreso en funcionamiento, el Gobierno apeló a los superpoderes del jefe de Gabinete, que puede incrementar partidas recortando otras, y que con muchísimas limitaciones puede hacer pequeños aumentos del gasto total. Entonces muchos incrementos de partidas eran "financiados" con la rebaja de otras, aunque era más que evidente que tales disminuciones eran de imposible cumplimiento. Ayer, el Gobierno finalmente dispuso un alza de casi 21% de las partidas para esas cuentas falsamente recortadas, que figuran como obligaciones a cargo del Tesoro.