La nieve impidieron a miles de pasajeros despegar de muchos aeropuertos en Europa y debieron recibir Navidad en las salas de espera. Champaña en vasos de plástico
Cientos de viajeros pasaron Navidad en varios aeropuertos de Europa, luego de dormir en camas improvisadas ante la imposibilidad de viajar por el mal tiempo.
De a poco, los vuelos volvían a la normalidad en París, gracias a la llegada de líquido anticongelante de Alemania y Estados Unidos para permitir el despegue a los aviones, pero muchas personas se perdieron la cena de Nochebuena sus destinos.
Los aeropuertos funcionaban en su mayoría con normalidad, aunque había cancelaciones en Fráncfort y Zúrich, París y Bruselas.
Las bajas temperaturas y las intensas nevadas interrumpieron los viajes durante varios días, incomodando a miles de personas que viajan en estas fechas y planteando dudas sobre la falta de preparación de la industria aérea para el frío intenso.
Al retraso y las cancelaciones de vuelos se sumaron las interrupciones del tráfico ferroviario de alta velocidad y las congestiones en las rutas de Inglaterra y Suecia, en uno de los diciembres con más nieve que se recuerdan en Europa.
En el aeropuerto Roissy Charles de Gaulle de París, el personal de tierra repartió café y pastas para el desayuno el sábado. Al menos 300 personas durmieron anoche en camas plegables en Roissy tras la cancelación de unos 400 vuelos.
Muchos durmieron en hoteles cercanos, donde las autoridades habían reservado 3.300 habitaciones. Mientras algunos lloraban teléfono móvil en mano, otros rezaban en la misa que se celebró en el aeropuerto, pidiendo poder volar.
Unos cuantos llevaron champagne que se bebieron en vasos de plástico e improvisaron la cena de Nochebuena con salmón ahumado, ensalada y queso, mientras un Papa Noel repartía caramelos, juguetes y muñecas a los niños.