En el nivel más alto de su popularidad, el presidente del Brasil dijo que si gobernó bien fue porque antes que jefe de Estado, fue "jefe de familia, que sabe de las dificultades"
En su último saludo de Nochebuena como presidente, Lula Da Silva se despidió de los brasileños en la última aparición televisiva de su ciclo.
El presidente de Brasil dirigió un conmovedor mensaje de despedida al pueblo brasileño, en el marco de su tradicional mensaje por las fiestas navideñas.
Lula hizo hincapié no sólo en la culminación de su ciclo, sino en el inicio de la gestión de su sucesora, Dilma Roussef.
"Pido a todos que apoyen a la nueva presidenta. Eso también significa rendir cuentas, es un estímulo para que queramos hacer más", afirmó.
"Si goberné bien es porque antes de jefe de Estado, fui jefe de familia, que sabe de las dificultades de los suyos", manifestó Lula.
Y añadió que desea que Brasil convierta en "uno de los países más igualitarios del mundo" gracias a las riquezas, la fuerza del pueblo y la competencia de la futura Presidenta.
El presidente se manifestó duramente contra la oposición, al referirse a ella como la "maldición elitista que hacía que sólo se gobernase para un tercio de la población y se olvidase al resto".
Al mismo tiempo, destacó la labor de su gabinete que, según él, "demostró que puede gobernar" y enumeró una extensa lista de éxitos obtenidos, sobre todo, en el ámbito de la economía y el medioambiente.
En cuanto al futuro, Lula declaró que "no le pregunten", pero afirmó que "sale del Gobierno para vivir la vida de las calles", y que su felicidad está "conectada a la del pueblo".
"Viví en el corazón del pueblo y en él quiero seguir hasta el último día de mi vida. Muchas gracias por todo", dijo el presidente brasileño, reconocido como el gran estadista latinoamericano.