Después de hacerse todos los estudios de diagnóstico y prevención por la caída sufrida en su última performance, Vanina Escudero ingresó con todo el aliento del estudio y se mostró emocionada con la recepción de la gente.
“Lo primero que quiero decir es gracias a la gente, al jurado, a mi familia que está en todo, a mi marido que me banca siempre, a mi hermana, a Pier –que es un excelente bailarín y partenaire-, y nunca dudé de él“.
Vanina agradeció a los doctores Labonia (de Ideas del Sur) y Furman, “porque no fue una pavada lo que pasó”.
Sin embargo, dijo que “podía bailar con mucha voluntad (…) Yo no me quiero ir porque me siento muy comprometida con la fundación y yo quiero bailar, hacer lo que amo y que la gente lo pueda disfrutar en su casa”.
De cualquier forma, aclaró que “tuvimos que bajar el nivel de exigencia, pero vamos a dejar todo”. Y así fue, pero la Mole Moli resultó imbatible en el voto telefónico.