Los "Millonarios" golpearon en el momento justo a un Lanús muy endeble en defensa. Fue un buen cierre del año. Terminó cuarto en el Apertura y fuera de la Promoción
River se recuperó de la goleada sufrida ante Estudiantes y le propinó una semejante a Lanús, que en el Sur alternó buenas y malas pero pagó excesivamente caro cada uno de sus errores, en especial los de su defensa.
Lamela, Román y Pavone, en dos ocasiones, marcaron para la visita, mientras que Romero había puesto el empate transitorio.
De este modo, los de Juan José López terminaron cuartos en el Apertura, fuera de la Promoción, y mucho más optimistas de cara al Clausura.
El comienzo fue tibio, con un River que se adueñó de la pelota casi sin pedirle permiso a un Lanús que tampoco lo había reclamado.
Pero la intrascendencia en el juego fue el denominador común, y las únicas preocupaciones para los arqueros eran los remates de larga distancia, que llegaban de la zurda de Buonanotte en el visitante y de la diestra de Castillejos en el local.
La falta de comunicación entre los atacantes del conjunto dirigido por Jota Jota López llevó a Acevedo a adelantarse unos metros, y sus disparos comenzaron a sacar de la modorra a los hinchas. Hasta que a los 28 minutos llegaron las emociones.
Pereyra se fue hasta el fondo y sacó sobre la línea un centro que encontró a Lamela sólo –los centrales de Lanús quedaron atornillados quién sabe en qué parte del área– y el juvenil atacante definió con sutileza de zurda. Nada por hacer para un Caranta también estático.
Pero el festejo obnubiló a River, o al menos eso pareció, porque un minuto más tarde Adalberto Román hizo un penal infantil: sin necesidad, estiró el brazo por delante de Castillejos y tocó la pelota para dejar sin opción al árbitro del partido, Saúl Laverni.
El responsable de la ejecución fue Romero, que se la picó apenas a Carrizo y decretó el empate.
Agraciadamente para los espectadores, el complemento estuvo cargado de situaciones desde el arranque. A los dos minutos, Pereyra avisaba cual iba a ser la actitud de River: en los planes del visitante estaba el triunfo.
Y, lamentablemente para los hinchas locales, el Granate entró sedado y no reaccionó ante cada golpe de la visita.
Así fue como a los 6 minutos, todavía con la consciencia intranquila por el penal absurdo que había cometido, Román le ganó a todos de arriba y sacudió la red para poner en ventaja nuevamente al Millonario. Otra vez, la defensa granate dejó mucho que desear.
Pero no conforme con ello, dos minutos más tarde Pavone se entrometió en el área y lo derribaron entre dos: él mismo se encargó de patearlo y River hizo el tercero casi antes que el segundo.
Un golpe demasiado difícil de asimilar para Lanús, que quedó a la deriva por unos cuantos minutos.
Pero por la lógica que, a veces, impone el resultado, River cedió la pelota y Lanús dispuso del juego: sin muchas ideas y aún menos precisión, empujó como pudo e insinuó el descuento. Sin embargo, la suerte ya estaba echada para el equipo del Sur.
Cuando menos hacía en el partido el equipo de la banda, Caranta cometió un error imperdonable: recibió la pelota de un defensor y tardó tanto en despejar que Pavone terminó interponiéndose y el rebote terminó en la red.
El 4-1 fue la firma que le faltaba al acta de defunción. Con inteligencia, River mereció el triunfo y se recuperó de la goleada sufrida en la fecha pasada.