Más de la mitad de argentinos cree que hay más corrupción
Más de seis de cada 10 argentinos consideran que el flagelo aumentó durante los últimos tres años. El 77% dice que el Gobierno es ineficaz para combatirla
9 de diciembre de 2010
Según un estudio privado, el 60% de los argentinos cree que aumentó la corrupción en la Argentina. Además, el 77% dice que el Gobierno es ineficaz para combatirla.
Estos y otros datos surgen del informe Barómetro Global sobre Corrupción 2010, que Transparencia Internacional (TI) difundirá este jueves desde Berlín y al que tuvo acceso el diario La Nación.
Más de seis de cada 10 argentinos (62%) encuestados para uno de los estudios más importantes sobre corrupción a nivel mundial consideran que el flagelo aumentó en el país durante los últimos tres años. Y casi ocho de cada 10 (77%) creen que el Gobierno es ineficaz para combatirlo, en una involución con respecto a lo registrado en 2007 y 2005, en línea con la posición del país en el "Indice de Percepción de la Corrupción 2010", que Transparencia Internacional difundió a fines de octubre último y en el que la Argentina figuró 105° sobre 176 países.
"Lo más importante del informe, a nuestro entender, es que los argentinos tenían hace unos años una percepción mucho mejor sobre el esfuerzo del Gobierno por combatir la corrupción", destacó el director ejecutivo de Poder Ciudadano -capítulo local de TI-, Hernán Charosky.
"En 2005, por ejemplo, sólo el 40% respondió que la corrupción había aumentado en el país, mientras que ahora aumentó al 62%. ¿Qué pasó para que la percepción haya cambiado tanto?", planteó.
El propio Charosky, quien antes trabajó en la Oficina Anticorrupción y en la Oficina de Integridad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), evaluó que cinco años atrás había en marcha "algunas políticas públicas" y señales favorables. Entre otras, el decreto 222/03 para la designación de jueces, la propia renovación de la Corte Suprema de Justicia o la presencia de Manuel Garrido y Marta Oyhanarte en cargos públicos centrados en la prevención o lucha contra la corrupción. Lanzado en 2003, el Barómetro abarcó este año a más de 91.500 personas en 86 países, con un margen de error de entre 2,18 y 4,4 puntos. En el caso de la Argentina, la encuesta abarcó a 1000 mujeres y varones mayores de 16 años, consultados entre el 28 de junio y el 15 de julio de este año.
Faltaban varios meses todavía para que estallara el escándalo de los mails de Manuel Vázquez, el asesor del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, que la Justicia investiga en una causa por enriquecimiento ilícito y dádivas. En ellos surgieron, por ejemplo, los cruces de correos para la compra del avión de US$ 4 millones que se le adjudica al ex funcionario kirchnerista.
Algunas conclusiones en la Argentina coinciden con los resultados globales. Entre ellos, que la corrupción se percibe en aumento durante los últimos tres años. También, que los partidos políticos son señalados por los entrevistados como la institución más corrupta.
Por el contrario, otras respuestas marcan fuertes contrastes entre la visión global y lo que se recoge en América latina. Así, mientras que la principal razón alrededor del mundo para coimear es "para evitar un problema con las autoridades", en la región es "para acelerar un trámite" (44%).
En la misma línea, los medios de comunicación figuran al tope de las respuestas globales sobre la institución más confiable para detener la corrupción, pero en América latina es "ninguno" (30%, frente al 29% de los "líderes gubernamentales" y el 22% de los medios). Y mientras que la policía aparece como el primer receptor global de sobornos, en la región es "el Poder Judicial" (23%).
Un par de datos llamativos adicionales del Barómetro 2010 son la paulatina equiparación entre los géneros -a diferencia de años anteriores, en los que las mujeres decían estar más predispuestas a denunciar el flagelo- y que los jóvenes son más proclives a pagar coimas o, por lo menos, a admitirlo.
El 35% de aquellos que reconocieron haber sobornado durante el último año tiene menos de 30 años, mientras que sólo lo admitió el 21% de los mayores de 65 años.
Al igual que en ediciones anteriores, sin embargo, los partidos políticos descollaron alrededor del mundo, la región y en la Argentina como la institución más opaca. Si 1 es "nada corrupto" y 5 "extremadamente corrupto", el guarismo en el país de los partidos fue 4,1, seguido por el 3,8 del Poder Judicial y el 3,7 que recibieron el Congreso y los funcionarios y empleados públicos.
"Por un lado, la respuesta es lógica porque los políticos son los representantes del pueblo", estimó Charosky, aunque también observó en esa respuesta un "prejuicio", ya que omite "quién paga los sobornos, de dónde viene la coima que recibe ese político o ese funcionario público".
De hecho, los empresarios recibieron en la Argentina una nota de 3,5 en la escala de 1 a 5, aun cuando fueron parte activa en la mayoría de los grandes escándalos nacionales de los últimos años, incluidos Skanska, sobreprecios en la obra pública, subsidios irregulares de la Oncca, las presuntas dádivas de las que gozó Ricardo Jaime o la diplomacia paralela con Venezuela, entre otros.
La Argentina figura, además, con el segundo peor guarismo de la región al evaluar cuán eficaces resultan las acciones del gobierno actual para combatir la corrupción. Frente al 50% global que califica a sus autoridades de ineficaces y el 32% que piensa lo mismo en América latina, el 77% de los encuestados en el país calificaron de ineficaz a la Casa Rosada, sólo por debajo de Perú (85%) y por encima de Venezuela (65%), el tercero de la lista.