Las personas que no cubren sus necesidades básicas, sin embargo, son muchas: hay 180 millones de pobres, de los cuales 72 millones viven en situación de indigencia
Después de los efectos de la crisis de 2008 y 2009, los países de América latina retomaron este año la tendencia a una reducción de sus índices de pobreza e indigencia. El número de personas que no logran cubrir sus necesidades básicas, sin embargo, continúa siendo elevado: según la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), hay 180 millones de pobres, de los cuales 72 millones viven en situación de indigencia al no poder procurarse los ingresos para su alimentación más básica.
Los números, sin embargo, podrían estar subestimados si se tiene en cuenta que, en el caso de la Argentina, fueron considerados los índices calculados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (el organismo basa sus estudios en las estadísticas oficiales que le proporciona cada país), informó el diario La Nación.
La estimación incluida en el informe difundido ayer por la Cepal se refiere a un índice de pobreza del 11,3% para 2009 en nuestro país, en tanto que se señala que un 3,8% de la población es indigente. Esas cifras ubicarían a la Argentina muy por debajo de Brasil, que para el año pasado informó una cifra de pobreza del 24,9%, según la Cepal. Sin embargo, esas estadísticas fueron cuestionadas por varios economistas el año pasado, cuando pese a la crisis de la actividad y a una caída del nivel de empleo, el Indec siguió mostrando una mejora de los indicadores sociales.
Siguiendo las cifras del instituto oficial, el año pasado habrían sido 4,4 millones las personas pobres, y 1,5 millones las indigentes. Sin embargo, para los cálculos hechos por estudios privados la tasa de pobreza no habría sido inferior al 30%, en tanto que la indigencia se habría ubicado en torno al 12 por ciento. Y así, el número de personas afectadas habría sido de cerca de 12 millones y de 4,7 millones, respectivamente.
La diferencia entre las tasas oficiales y las estimadas por economistas tiene su raíz en las tasas de inflación que se consideren, ya que la pobreza se define como la imposibilidad de acceder, con los ingresos del hogar, a un determinado conjunto de bienes.
El informe de la Cepal destaca que en general no hubo en la región un fuerte impacto de la crisis en los índices sociales. En 2009 "la pobreza sólo aumentó un décimo de punto porcentual, del 33 al 33,1 por ciento". Por ese comportamiento es que los analistas expresan su "optimismo" respecto de que se estaría volviendo ya a la senda de una caída en los niveles de pobreza, que se había iniciado para toda la región en 2003.