Tras el infarto, allegados al ex dictador chileno dijeron que pasó la noche "sin novedades". Está internado en el Hospital Militar de Santiago, donde le realizaron una angioplastía
El ex dictador chileno Augusto Pinochet, de 91 años, se mantiene "estable dentro de su gravedad" y pasó sin sobresaltos ni novedades la primera noche en el Hospital Militar de Santiago, donde está internado desde ayer a la madrugada por un infarto de miocardio y un edema pulmonar agudo que obligaron a los médicos a practicarle una angioplastía.
El último parte médico indicó que se encuentra mejor de salud la tarde del lunes de lo que estaba en la mañana y con disminución de riesgo de muerte, señaló Juan Ignacio Vergara, uno de los médicos que trata al general de un infarto que lo afectó el domingo.
Ayer por la tarde, los médicos habían evaluado la necesidad de someterlo a una segunda operación para realizarle un by-pass, aunque finalmente no la llevaron a cabo.
Según los médicos, el estado del ex presidente es de "extrema gravedad", pese a que permanece "consciente" y "estable". Y hoy y mañana son días cruciales para ver la evolución de la salud del hombre que lideró la dictadura que gobernó Chile durante 17 años y que tiene numerosas acusaciones en su contra por violaciones a los derechos humanos.
Ante su crítico estado de salud, Pinochet ya recibió la extremaunción, el sacramento que la Iglesia Católica le entrega a los enfermos con riesgo de muerte, según confirmó ayer mismo el vocero de la familia, Guillermo Garín.
Esta mañana, el general retirado Luis Cortés Villa, director de la Fundación Pinochet -dedicada a la defensa de la imagen del ex dictador- fue uno de los primeros allegados al ex presidente en llegar al hospital y dijo a la prensa que no había habido cambios y que el internado se mantenía estable "dentro de su gravedad". Para antes del mediodía, se espera un nuevo parte médico.
Mientras el ex dictador pasaba su primera noche internado en el hospital, decenas de seguidores permanecieron alrededor del edificio, con pancartas en su honor y un altar en la vereda en la que rezaron por la salud del militar que el 11 de setiembre de 1973 derrocó con un golpe de Estado al entonces presidente constitucional Salvador Allende.
La nueva intervención del ex presidente, que ya tuvo otros problemas de salud que lo llevaron al hospital en distintas ocasiones en los últimos años, le llegó ocho días después de cumplir 91 años y reivindicar la dictadura. El 25 de noviembre, en una carta leída por su esposa, Pinochet volvió a justificar el golpe de Estado que encabezó en setiembre de 1973 y asumió la responsabilidad política de lo ocurrido durante su régimen, que dejó más de 3.000 muertos y desaparecidos.