El surgimiento avasallador del nombre del vicepresidente Daniel Scioli como candidato del oficialismo en la provincia de Buenos Aires fue recibido con cautela y algunas críticas en la oposición.

El líder del PRO, Mauricio Macri, sostuvo, al tiempo que ratificó que todavía no sabe por qué puesto electoral competirá, que "a un año de la elección, el Presidente tenía todavía un enorme nivel de indefinición en todos los distritos importantes". Y agregó: "Ni siquiera se sabe si él o su esposa serán los candidatos" presidenciales.

Aseguró que en su partido, "lo nuestro no pasa por quiénes sean los candidatos, sino que el PRO se defina sobre qué conviene más".

Otro de los que aceptó comentar la novedad fue el presidente del ARI Buenos Aires, que siguió la línea que ayer había marcado la jefa de su partido, Elisa Carrió. "El Gobierno tiene derecho a poner el candidato que le parezca. Pero Scioli se estaba preparando para otra cosa. Eso es una falta de respeto para la gente de la Provincia", cuestionó.

Además, adelantó lo que probablemente sea la punta del ovillo de la estrategia opositora contra Scioli: "Si lo llamara a Scioli por teléfono y le preguntara el nombre de las rutas o la ubicación de las escuelas es muy difícil que pueda responder", criticó.

El vicepresidente se reunió anoche con Kirchner, a solas, durante 45 minutos. Kirchner impuso a Scioli la idea de que el ex motonauta pegue el salto a la Provincia en lugar de competir por la jefatura de Gobierno de la Ciudad, destino al que Scioli aspiraba.