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3 de diciembre de 2024
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"Agente Salt": la espía que llegó del frío... Hollywood
Con Angelina Jolie de nuevo al frente de un filme de acción, esta película sobre espías tiene, detrás de sus muchos errores y lugares comunes, un par de aciertos que la salvan
25 de agosto de 2010
Por Sebastián Martínez

Allá por 1987 se estrenó una muy buena película sobre espionaje que en la Argentina se llamó “Sin salida” y que era protagonizada por Kevin Costner, Sean Young y Gene Hackman. Mucho más acá en el tiempo, en 2002, se lanzó otro gran filme que tenía vinculación con el mundo de la CIA llamada por estos pagos como “Identidad desconocida” y que, con Jason Bourne como personaje protagónico, redefinió el lenguaje de las películas de acción.

Por supuesto que hubo durante la historia del cine mejores películas sobre espías y mejores películas sobre la CIA. Pero si recordamos estas dos es porque “Agente Salt”, el filme que se estrena por estos días en Argentina, se propone como heredera de ambos. Y, hay que decirlo, no llega a su altura. Pero tampoco lo hace tan mal. Termina siendo una película fría, como casi todo lo que hace Hollywood actualmente, pero no deja de ser entretenida.

La cuestión es así. Evelyn Salt (Angelina Jolie) trabaja para la CIA y está casada con un alemán que dedica sus días al estudio de las arañas. La primera secuencia de “Agente Salt” nos mostrará cómo esta mujer es salvada de la muerte en Corea del Norte durante un intercambio de prisioneros logrado por la insistencia de su amante esposo.

Pero después de los títulos ya la tenemos a Salt en su casa y en las oficinas de la central de inteligencia de los Estados Unidos, realizando los preparativos para su aniversario de bodas. Y cuando está por atravesar la puerta para ir a cenar con su marido, la convocan de urgencia para interrogar a un “arrepentido” de la KGB que viene a denunciar que en la CIA hay un agente a las órdenes de Moscú cuya misión es asesinar al presidente ruso durante el velatorio del vicepresidente estadounidense.

El asunto es que la agente Evelyn Salt decide quedarse 25 minutos más en la oficina y conversar con el ruso. Pero en esa entrevista, el hombre llegado de la tierra de los zares proclama que el “topo” inflitrado en la CIA que asesinará al presidente de Rusia se llama… Evelyn Salt.

Allí, diríamos, comienza la película. Con Salt escapando a los saltos de sus propios compañeros, mientras busca a su marido que ha desaparecido y mantiene en vilo a los espectadores acerca de sus verdaderos fines. Es decir: saber si Salt es una fiel agente de la CIA o una infiltrada rusa será el juego que nos propone el director Phillip Noyce, a quien ya conocíamos de filmes como “Juego de patriotas”, “El coleccionista de huesos”, “Sliver” o “El Santo”.

Una curiosidad sobre “Agente Salt” es que, cuando fue pergeñada en los escritorios de Hollywood, tenía como protagonista ideal a Tom Cruise. Pero el cientólogo más famoso declinó la oferta y los productores se arriesgaron a cambiar el sexo del protagonista y ofrecerle el proyecto a Angelina Jolie. Se diría, a priori, que les fue bien en la apuesta.

Es cierto que la película tiene un par de incongruencias y que está llena de acrobacias que llevan a la agente Salta a liquidar a medio centenar de personas sin perder el peinado. Pero hay que reconocer que Jolie ha logrado un papel más o menos real, y no las caricaturas que solía interpretar en otros filmes de acción como “Sr. y Sra. Smith”, “Tomb Raider” o, incluso, en esa película no tan mala llamada “Buscado”.

A su alrededor, los demás integrantes del elenco cumplen discretamente su labor: desde el gran actor polaco Daniel Olbrychski y el alemán August Diehl hasta los americanos Liev Schreiber y Chiwetel Ejiofor.

Más allá de las exageraciones en las que incurre, de los lugares comunes y de las dos o tres intervenciones forzadas de los guionistas para encarrilar una película que se les iba de las manos, “Agente Salt” tiene, a fin de cuentas, dos puntos a favor: se enmarca en una tradición respetable y tiene a una Angelina Jolie afilada. Para una tarde de superacción es algo.