Uno de cada cinco estadounidenses, alrededor del 18%, cree que el presidente sigue la religión islámica. La Casa Blanca dijo "es un cristiano devoto" que "reza" siempre
Cada vez más estadounidenses creen que su presidente, Barack Obama, profesa la religión islámica, señaló una encuesta.
La encuesta del Pew Research Center indicó que casi uno de cada cinco estadounidenses, alrededor del 18%, cree que Obama es musulmán, contra un 11% de los consultados en un sondeo similar de marzo del año pasado.
En un comunicado citado por la cadena televisiva Fox News, la Casa Blanca recordó al público que Obama "es un cristiano devoto" que "reza todos los días".
El presidente, añadió, cuenta con "un pequeño círculo de pastores" cristianos que "le brindan consejo espiritual".
El padre de Obama era musulmán, pero según destacó el presidente en sus relatos biográficos, luego se hizo ateo.
La percepción de que el presidente, cuyo segundo nombre es Hussein, sigue la religión islámica fue poco utilizada por los propagandistas republicanos durante las elecciones de noviembre de 2008, en que los demócratas recuperaron la Casa Blanca.
Ahora, cuando en noviembre estará en juego la mayoría que el oficialismo ostenta en los dos recintos del Congreso -se renueva la cámara de diputados y un tercio del Senado-, la cuestión religiosa entró a la campaña de la mano del proyecto de apertura de una mezquita a dos cuadras del Ground Zero, en Nueva York.
Mientras sigue creciendo la polémica por la inauguración del centro religioso a pocos metros de donde se levantaban las torres gemelas hasta el 11 de setiembre de 2001 -cuando cayeron por un atentado de matriz islámica-, la encuesta del Pew mostró que un 31% de los republicanos cree que Obama es musulmán.
El presidente subrayó en incontables ocasiones que es profundamente cristiano, pero apenas se instaló en la Casa Blanca, en enero de 2009, se ocupó de recomponer las relaciones de Estados Unidos con el Islam, dañadas por la guerra en Irak.
Obama pronunció en junio de 2009 en El Cairo un discurso en el que llamó a abrir una "nueva era" en los lazos entre los países islámicos y Estados Unidos.
La posición amistosa de Obama hacia el Islam es a menudo utilizada por dirigentes republicanos para atacar al presidente, a quien también acusan, entre otras cosas, de ser demasiado "blando" frente al programa nuclear iraní o en la persecución de los líderes de al Qaeda, el grupo considerado responsable de los atentados del 11 de setiembre.
También fue duramente criticado por recordar a los norteamericanos que en este país existe libertad religiosa, y que ello incluye el derecho de los musulmanes a rezar donde les plazca, incluso cerca del Ground Zero.
De todas maneras, esta polémica parece alcanzar más que nada a los sectores conservadores, los más enfrentados con Obama, en un país donde -según la encuesta del Pew- un 43% ni siquiera sabe de qué religión es el presidente.
Una encuesta online abierta por el Washington Post, un diario seguido en especial por moderados y algunos progresistas, señaló que a sólo un 61% de los estadounidenses le "interesa saber de qué religión es el presidente".
En base a más de 10.000 votos, un 39% se declaró interesado en conocer la fe que profesa su mandatario.