En la región, sólo en Lima se paga más. Este año aumentaron un 30% y el estacionamiento mensual cuesta en promedio US$ 178. Dueños dicen que negocio decae
Los estacionamientos por mes en el Centro porteño, que este año ya llevan un 30% de aumento en sus tarifas, se convirtieron en los segundos más caros de Latinoamérica detrás de Lima, y superan a los de algunas ciudades estadounidenses como Miami o San Diego. Sin embargo, los propietarios dicen que el negocio no es lo suficientemente rentable, y temen que sigan cerrando playas como vienen pasando en los últimos años.
El dato surge de un informe que hizo la consultora Colliers en todo el mundo. Sobre nueve ciudades Latinoamericanas relevadas, Buenos Aires quedó en segundo lugar, con estacionamientos que, en promedio, cuestan 178 dólares mensuales . Por día, el precio ronda los 10 dólares.
En la filial local de la firma explicaron que el relevamiento lo realizaron en los garajes del Macrocentro, plaza San Martín y plaza Roma, donde están las playas más caras . Así, la capital porteña quedó por encima incluso de dos de las ciudades más grandes de la región, como San Pablo y Río de Janeiro.
La más cara del mundo es Londres, donde dejar un auto por mes cuesta nada menos que 933 dólares mensuales, y 52,24 por día. El aumento en los precios de los garajes obedece a varios factores. El primero, mayor demanda : en los primeros siete meses del año creció en el país un 20% la venta de autos cero kilómetro y un 16% la de usados, de los cuales lógicamente una gran parte se comercializaron en el área metropolitana, y muchos de ellos circulan a diario por el Centro porteño. De hecho, la cantidad de vehículos que ingresó a la Ciudad por las autopistas de acceso en el primer semestre aumentó un 4,2% . A esta mayor demanda se le contrapone una menor oferta. Germán Gómez Picasso, de la consultora Reporte Inmobiliario, explicó: “Gran parte de los estacionamientos de la Ciudad son simples playas a cielo abierto, que se pueden vender como lotes para construir edificios , o bien para otros usos como supermercados. Esto vino sucediendo en los últimos años, y la tendencia es a que siga pasando”. La menor oferta también permitió que se convierta en un muy buen negocio la compra para alquiler de cocheras en edificios , cuyos precios suben incluso más que los de las viviendas (ver Cocheras...). Un tercer factor son los mayores costos que afrontan los propietarios de los garajes, entre alzas salariales de su personal, impuestos y otros.
Así, y tal como pasó con las estaciones de servicio, muchos dueños de garajes prefieren venderlos. Eduardo Sánchez, presidente de la Cámara de Garajes y Estacionamientos, aseguró: “Desde 2004 hasta hoy cerraron en la Ciudad unas 1.100 playas. Quedan 2.300, con una capacidad aproximada de 350.000 plazas. En el Centro la rotación de vehículos y los precios pueden ser buenos, pero en el resto de la Capital no pasa lo mismo. Hay garajes en Pompeya, por ejemplo, que cobran la estadía mensual $ 300, y no pueden aumentar porque la gente no paga . Por eso algunos garajes de barrio están teniendo hasta un 10% del espacio sin uso”.
Muchos vecinos están empezando a resignarse a dejar el auto en la calle, y si no lo hacen más es porque en algunos barrios, sobre todo los que tienen más actividad comercial, es difícil encontrar espacios vacíos aún de noche. “Vivo en Parque Patricios. El garaje de enfrente de mi casa me quería volver a aumentar a $ 450. Para eso prefiero pagar un mejor seguro y dejar el auto en la calle ”, contó Leonardo Vidal, un vecino.
“La renta de un garaje ronda el 6% a 7%. No es malo, pero hoy por hoy no se puede mejorar. Los aumentos de precios que hubo en los últimos años fueron ajustes por inflación para cubrir gastos, no para ganar más . Si un propietario sube mucho las tarifas, la gente prefiere no llevar el auto al Centro. Durante la convertibilidad, la hora en un garaje se pagaba 6 pesos/dólares. A la paridad actual debería salir $ 24, pero se cobra $ 15. Ante este panorama, muchos dueños venden para que se hagan edificios, porque los precios de los terrenos cuestan hasta cuatro veces más”, resumió Diego Río, de Río Propiedades.