Pablo Galli, el dueño del gimnasio que se derrumbo en Villa Urquiza, hizo en Radio 10 un dramático y pormenorizado relato del lamentable suceso que terminó con la muerte de tres personas.

"Los tres muertos son el máximo dolor de mi vida. Eran tres chicos amigos, del barrio. Te puedo contar cada cosa de ellos, Maxi era un nene, como un hijo para mí", manifestó Galli.

El dueño de Orion Gym reveló que media hora antes del derrumbe sintió "un hormigueo en el escritorio" que lo obligó a dirigirse a la obra lindera para ver que sucedía. "Fui, hablé con el encargado y me dijo que era algo normal.
Cuando me asomé vi un pozo tremendo, de unos cuatro metros, parecía que el local estaba encima de una montaña", precisó.

Galli contó que en ese momento pensó en "evacuar" las instalaciones ante el temor que provocaba "la gran cantidad de vidrios y espejos" que había en el local, aunque no tuvo tiempo de llevar su idea a la práctica.

"Subí a hablar con dos chicas de la planta baja y de repente explotó el local, empezaron a explotar los espejos, parecía una película al estilo de Matrix. Agarré el celular, salí corriendo, pensé que me iba a morir. Un segundo después veía todo negro, se escucharon gritos, después el silencio y un minuto más tarde el sonido de las sirenas y las ambulancias", narró Galli.

El hombre, de 41 años, logró realizar un par de llamados teléfonicos a familiares. Minutos más tarde, fue rescatado por un bombero al que le brinda "agradecimiento eterno" y al que le dijo "sacame porque me muero".

"Sigo con tratamiento psicológico, no se como voy a asumir esto. Voy a tratar de recuperarme y encontrarme con la gente que salió de esto y me hizo sentir su apoyo. Pero más allá de todo, lo único que quiero es que se haga justicia", concluyó Galli.