El Colegio de Escribanos informó que "se normalizó el crecimiento en las escrituras" y aseguró que se mantiene "activa la demanda de inversores como de familias"
El presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, Carlos D´Alessio, afirmó que "se normalizó el crecimiento en las escrituras y las cantidades se correspondieron con la tendencia del primer semestre del año".
El relevamiento mensual de la institución de actos escriturales en el sexto mes del 2010 arrojó un nuevo aumento mensual a 5.611 compraventa de inmuebles ubicados en esta demarcación, por un monto total de $1.952,9 millones, equivalente a un valor promedio de las transacciones de $348.045 y u$s88.640, al tipo de cambio medio del mes de $3,927 por dólar.
Dichos valores representaron incrementos en comparación con un año atrás de 31,1% en los actos y de 50,9% en los importes involucrados en pesos, que determinaron subas de 15,1% en el valor medio en pesos y 10,4% en dólares.
En su informe mensual el Colegio de notarios de la Ciudad sostiene que "el impulso que adquirió la actividad inmobiliaria desde fines de 2009 persiste alentada por la virtual estabilidad de las tasas de interés que los bancos ofrecieron por las colocaciones a plazo fijo muy próximas al rango de un dígito, la reducida suba del tipo de cambio de pesos por dólar respecto de la tasa de inflación, y las expectativas de aumento de ingresos de los asalariados que surgieron de las negociaciones en paritarias".
Todas esasa condiciones contribuyeron a mantener activa la demanda, "tanto de inversores como refugio de valor de sus ahorros, como de familias que también observan que la compra de los ladrillos siempre es un activo seguro", explicó D'Alessio.
Esas condiciones explicarían el salto de las operaciones en 18,6% en comparación con el nivel de mayo medido en valores corregidos por estacionalidad y días hábiles para ejercer el acto público de la escrituración.
En los 21 días hábiles de junio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se celebró un promedio diario de 267 actos de compraventa de inmuebles, el cual fue el más alto desde diciembre en términos nominales, y el más elevado en valores desestacionalizados desde julio de 2008, cuando todavía no había llegado a gravitar en la economía local el efecto de la crisis financiera internacional.
Corrimiento hacias las escalas superiores
La descomposición de las escrituras en función de los montos involucrados mostró en junio que "la mayor parte de las transacciones se concentraron en el segmento de las unidades de 250.000 a 900.000 pesos, equivalente a un amplio rango entre u$s63.500 y u$s230.000, es decir unidades de desde dos ambientes grandes o tres de reducidas dimensiones hasta cuatro, según los barrios de la Ciudad. Sumaron 2.199 actos, equivalentes a 39,2% del total".
El segundo tramo, que ganó en relevancia, tanto respecto del mes anterior, como más aún en comparación con un año antes, fue el intermedio, entre 150 y 250 mil pesos, representó 31% del total, con 1.741 escrituras, involucra a las unidades de uno hasta tres ambientes chicos, según barrios y dimensiones.
En los extremos, menos de $150.000 y más de $900.000, se mantuvo la tendencia a la pérdida de relevancia de la franja inferior, por efecto de la combinación de la suba de los precios de las unidades y la mejora del poder adquisitivo de los salarios, y de aumento de la superior, aunque en este caso a un ritmo menor al de las escalas intermedias, influida por el refugio de inversores de alto poder adquisitivo.
En el primer semestre, la actividad se elevó 33,9% en cantidad de transacciones inmobiliarias, 69,1% en monto global y 28,2% y 20,5%, en el valor promedio de las operaciones en pesos y su equivalente en dólares, en comparación con similar período de 2009.
Ese desempeño, que está alineado no sólo con la dinámica que muestran los indicadores de confianza de la población, sino también como la que muestran los datos de inversión en la actividad de la construcción y la venta de automotores, en un contexto de estabilidad del costo del dinero para estas adquisiciones y el aumento de los ingresos de los asalariados por arriba de la inflación real, confirman el rol de reserva de valor que una franja importante del mercado le asigna a la compra de inmuebles.