El 30 de julio de 1930 se jugó la primera final en Montevideo. Uruguay le ganó a Argentina 4 a 2. Peleas, amenazas y clima de guerra. Vea las imágenes
Por Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.TvMás de 10 mil argentinos cruzando el Río De la Plata, un barco sin poder llegar por la neblina, tensión, nervios y escaramuzas, dos pelotas, Carlos Gardel cantando en las dos concentraciones, un campeón y rotura de relaciones diplomáticas entre Argentina y Uruguay fueron algunos matices que dejó la primera final de la Copa del Mundo disputada hace 80 años en Montevideo.
Era la primera, la esperada, y con una final casi preparada desde el inicio con las dos selecciones mas poderosas del planeta en ese momento: Uruguay y Argentina.
Y, sin decepcionar llegaron a ese día de la gran final luego de apabullar a sus rivales con goleadas y gran despliegue de fútbol rioplatense.
Pero no fue una final más, tuvo mucho condimentos que la hicieron inolvidable e histórica y que hoy, a ocho décadas aún tiene sonoridad y repercusiones en un juego que inicio en ese tiempo el camino a uno de los espectáculos más esperados cada cuatro años.
En principio era una final repetida: dos años antes habían jugado por la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Amsterdam donde los "charrúas" se consagraron por segunda vez consecutiva campeones.
Los "Albicelestes" viajaron a la otra orilla con deseo de desquite pero los uruguayos que armaron un campeonato de buen nivel y estrenaron su estadio Centenario para dar la vuelta olímpica.
El único sobreviviente entre los protagonistas de aquella final, el argentino Francisco "pancho " Varallo con sus 100 años recuerda permanentemente el clima belicoso y de tensión que se vivió ese 30 de julio de 1930.
"La cancha estaba rodeada pro policías con bayonetas, ahí no más en la línea de cal, nos mirábamos con nuestro compañeros y creíamos que no saldríamos vivos. Muchos de mi compañeros se cagaron todo".
De todas formas, el primer tiempo Argentina jugó mejor y pudo haber sacado ventajas definitivas tras ponerse 2 a 0 en el marcador, aunque sobre el final de la etapa, los locales descontaron.
Esa etapa inicial se jugó con una pelota más liviana que los argentinos habían propuesto y que tras largos cabildeos en los minutos iniciales al choque --los uruguayos proponían otro balón más pesado-- el juez belga del encuentro decidió salomónicamente disputar un tiempo con cada tiento.
Así, con la pelota más liviana Argentina se fue en ganancia tras los primeros 45 minutos, pero en el complemento los locales sacaron a relucir su furia y presionaron a los argentinos dentro y fuera de la cancha.
Con golpes, jugadas fuertes, "apretadas" y buen juego, Uruguay logró el empate en pocos minutos y luego marcó dos tantos más para el definitivo 4 a 2.
Los jugadores argentinos se asustaron mucho, especialmente los más jóvenes, y ya en el vestuario habían dicho que tenía miedo de morir dentro de la cancha.
No alcanzó que los 10 mil hinchas que cruzaron el Río de La Plata alentaran, el resto de los 80 mil espectadores locales, más las fuerzas de seguridad y la bravura de los jugadores uruguayos fueron más presión para ganar el primer título mundial.
La Copa Jules Rimet la levantó por primera vez la "celeste" en ese entorno festivo quedó la decisión del gobierno nacional de romper relaciones por casi un año con Uruguay por estos incidentes deportivos.
Mientras tanto, en las tribunas Carlos Gardel era un testigo privilegiado de esa final soñada, y parte de una de las anécdotas mas risueñas, ya que pro cábala fue invitado a cantar a al concentración argentina el día previo a la final y luego se corrió a la uruguaya, para no quedar mal con ninguno.