La cantante cubana, quien estaba radicada en Miami, falleció a los 87 años, víctima de un infarto. La llamaban la "madre del bolero" y dejó recuerdos imborrables. Veala
Algunos la llamaron "la madre del bolero". Otros, la coronaron como reina. Su particular estilo para interpretar canciones marcó una época y una forma de pararse sobre el escenario. Olga Guillot sabía cómo acariciar los corazones con su voz. Y tal vez eso fue lo que la hizo merecedora del título de "indiscutida", según los más eufóricos seguidores, "reina del bolero".
Fue ingresada en el hospital Mount Sinai de Miami Beach durante esta mañana y falleció a las pocas horas, víctima de un infarto.
Nació en Santiago de Cuba, el 9 de octubre de 1922. De niña ya supo mostrar sus dotes para el canto y formó un dúo con su hermana. Sus voces recorrieron las radios de Cuba bajo el nombre de "Hermanitas Guillot".
Luego vino la fama internacional. Salió de Cuba para lucirse en escenarios de México y Venezuela. Fue una ferviente opositora al régimen castrista del que expresó su descontento desde temprano. Se quedó en Venezuela en el año 1960 en la casa de otra importante cantante cubana, Renée Barrios. Más tarde se estableció en México donde ya gozaba de gran popularidad, y fijó allí su residencia hasta la actualidad.
Desde su exilio, grabó 60 discos y su voz hizo famosos boleros de Armando Manzanero, Agustín Lara, José Alfredo Jiménez y Lola Beltrán.
Los últimos años de su vida los pasó entre su apartamento en el DF y uno en Miami, ciudad donde falleció hoy, a los 87 años.