"Estaba en mi cama durmiendo cuando escuché un ruido similar a un silbido, y luego vino lo peor", reveló un trabajador de la empresa British Petroleum
Christopher Choy, de 23 años, era el empleado más joven de la plataforma británica British Petroleum, ubicada en el golfo de México, que explotó hace diez semanas. En un relata dramático el joven recuerdo cómo vivió esos momentos de peligro cuando la plataforma explotó.
"Era de noche. Yo estaba en mi cama durmiendo cuando escuché un ruido similar a un silbido, y luego vino lo peor. Mi compañero, Mateo Jacobs, salió de la ducha y me dijo: algo no está bien", relata Choy al diario alemán Bild.
"Las alarmas comenzaron a sonar, señalaban que había fuga de gas. De pronto todo dejó de funcionar y nos quedamos a oscuras", relató.
"Corrí a la estación de bomberos pero no había nadie. La puerta de salida estaba en llamas, así que tuve que dar la vuelta. En ese momento me di cuenta que nunca sería capaz de eliminar el fuego. Tuve miedo de morir".
El joven Christopher explica que logró salir a la cubierta principal y 30 segundos después entró en erupción. Así fue el comienzo de la peor catástrife ecológica de la historia de los EEUU, que continúa desarrollándose.
Luego, alrededor de las 22 del 20 de abril, el buque de Guardia Costera, en Nueva Orleans se acercó al lugar de la tragedia. Hoy, el gerente de servicio, Nathen Houck, recuerda: "Recibimos la noticia de que la plataforma petrolífera con más de 100 personas a bordo estaba ardiendo y que los trabajadores se habían escondido en el agua. No hubo vacilaciones, utilizamos todo lo que teníamos disponible".
Veinte minutos más tarde, cuatro helicópteros de rescate despegaron rumbo a la zona. "He visto a 90 millas de distancia el resplandor de la plataforma en llamas. Cuando estábamos a media milla de la plataforma, podía sentir la intensidad de las llamas. " Miré a este gigante de metal ardiendo, era como mirarle la cara al diablo", relata el piloto Almerick Lim recuerda.