Por Diego Provenzano, enviado especial de Asteriscos.Tv a Sudáfrica

Se palpaba en la ruta. Los autos decorados con banderas, bufandas y camisetas que volaban al viento en la N1 que une Johannesburgo con ,y unos 270 kilómetros más adelante con Polokwane, se multiplicaban a cada paso.

El camino, similar al que se puede atravesar yendo hacia Mendoza -muchas sabanas a los costados, pendientes y contrapendientes- hizo que por primera vez en casi 21 días, la mayoría de los argentinos se sintieran por primera vez realmente en Sudáfrica.

El salvador GPS permitió ubicar rápidamente el centro de una ciudad cuya nombre significa en el idioma de esta región "Lugar Seguro" y que tiene la población más baja de todas las sedes del Mundial: 150 mil habitantes.

Pero las 20 cuadras que rodean el coqueto estadio Peter Mokaba, cuya construcción salió 200 millones de dólares, tuvieron una inyección de ánimo con la pasión argentina.

En medio de la habitual rutina de esta ciudad donde en su mayoría vive gente negra irrumpió el calor albiceleste en una agradable jornada, que hizo olvidar el frío de Pretoria o Johannesburgo.

Las camisetas argentinas, mezcladas con los sudafricanos que esperaban el milagro que no llegó de su Selección -los Bafana Bafana-, se pudo ver en cada esquina (foto).

Así, los hinchas argentinos llevaron su color a la tercera ciudad/sede desde que arrancó la participación del conjunto conducido por Diego Maradona.

Las dos primeras veces volvieron festejando de Johannesburgo hacia Pretoria -el búnker de la Selección-... ¿esta vez repetirán?