No fue un gol ante un grande. Tampoco fue un gol para abrir un partido trabado, difícil. Ni siquiera lujoso.

Sin embargo, puede ser el comienzo de algo mejor. Cristiano Ronaldo lo sabe. Y por eso festeja: fue importante en la victoria por 7-0 ante Corea del Norte y le sirvió para cortar una racha de 16 meses sin marcar con Portugal.

Su tan esperado gol fue a tres minutos del final, cuando el partido estaba 5-0. Cristiano se queda solo ante el arquero, la pelota rebota, pasa por su espalda, se posa sobre ella, le cae a sus pies y luego sólo queda empujarla.

"Mi gol fue divertido. Estoy muy feliz. Fue un gol curioso, después de mandar el balón al larguero (Ndr: disparo de media distancia que se estrelló contra el travesaño), pensé que ya no iba a ser hoy el día", afirmó.

"Dios nunca duerme, sabe quién se lo merece", expresó al diario Marca Ronaldo, una de las grandes figuras del fútbol -y de la publicidad- presentes en Sudáfrica 2010, junto a otras como Lionel Messi y el brasileño Kaká.

"Otros tres o cuatro jugadores de mi equipo merecían ese trofeo más que yo, sobre todo Tiago (autor de dos). Pero les agradezco a mis admiradores", dijo un modesto Cristiano luego de ser elegido como Mejor Jugador del partido.

El modesto rival que enfrentaba el crack del Real Madrid era ideal para ponerle fin a una racha negra que lo perseguía desde febrero de 2009, cuando había marcado un tanto a Finlandia en un amistoso.

Hoy, al cabo de casi 90 minutos de búsqueda intensa, el ex Manchester United se dio el gusto de celebrar, aunque fue solo una sonrisa, casi vergonzosa. "Los goles son como el ketchup, se atasca pero cuando sale, luego viene todo junto", dijo.

"Anotar siete en un partido de Copa del Mundo no es fácil. El equipo jugó bien", afirmó. Los demás goles fueron de Raúl Meireles, Simao, Hugo Almeida, Tiago (2) y Liedson.