El nuevo canciller, un gurka del kirchnerismo, dijo que Eduardo Sadous, el ex representante diplomático ante Venezuela, deberá cuidarse de lo que dice sobre supuestas coimas
Antes de asumir como canciller, Héctor Timerman firmó hoy su primer comunicado desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Lo hizo para confirmar que el ex embajador en Caracas Eduardo Sadous podrá concurrir al Congreso, al que fue citado por la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja para exponer sobre sus denuncias vinculadas a los negocios con Venezuela.
Según el texto, el diplomático lo hará con "todas las libertades" pero también con "las responsabilidades que conlleva la condición de funcionario del Servicio Exterior de la Nación".
Así, Timerman no se aparta un ápice de lo que ya había dicho el fin de semana: que no dejaría que Sadous revele datos "confidenciales" ante los diputados.
¿Cuáles serán esos datos confidenciales? ¿A quiénes involucran? Son preguntas que tal vez nunca tengan respuesta.
En el texto que firmó como canciller designado y que transcribió la agencia oficial Télam, Timerman sostiene además que, "tratándose de un tema que atañe a las relaciones diplomáticas", tiene la seguridad de que "los miembros de la Honorable Cámara de Diputados no usarán la presencia del Embajador para fines partidarios".
Así, en una misma jugada Timerman, quien hasta la llegada del kirchnerismo era un periodista más conocido por la trayectoria de su padre que por sus propios logros, intenta en una misma operación presionar a Sadous y a la oposición, que intenta determinar si se pagan coimas para poder vender a Venezuela.
El diplomático citado a la Comisión de Relaciones Exteriores es el que denunció que empresarios argentinos le manifestaron su preocupación por las "comisiones" que debían pagar para poder exportar a Venezuela.
Antes de renunciar dando un portazo, el ahora ex canciller Jorge Taiana había aclarado que Sadous podía ir al Congreso, pero, en su primera entrevista tras el nombramiento, Timerman le había dicho al house organ kirchnerista Página/12 que no dejaría que el ex embajador difundiera datos confidenciales y había advertido que, de hacerlo, "estaría cometiendo un delito".
Hoy el jefe del bloque de Diputados K, Agustín Rossi, ya había adelantado que su bloque no tiene "ningún problema" en que el ex embajador vaya a la Cámara.
"Vamos a hacer preguntas como oficialistas", indicó, es decir, tratando de evitar que se llegue al fondo de la cuestión.
Desde la oposición, en cambio, dispararon duramente contra las advertencias de Timerman a Sadous.
"El canciller tiene que saber que Sadous es un funcionario público y como tal no puede omitir denunciar un delito", sostuvo la dirigente opositora en declaraciones a radio Mitre.
Carrió insistió en que todos los funcionarios públicos "están obligados a denunciar los delitos y nadie puede encubrirlo, según dice claramente el Código Penal" y agregó que el propio Sadous ejerció ese derecho "cuando mandó los famosos cables" en los que se aludía la presunta existencia de comisiones extraordinarias en los negocios con el gobierno de Venezuela.
La legisladora advirtió que "si lo que está diciendo el canciller es que los funcionarios públicos que denuncian delitos violan le ley, entonces es un contrasentido".
Para la diputada Patricia Bullrich, el canciller designado "está amenazando a Sadous". La legisladora de la Coalición Cívica aseguró que "lo peor que está pasando es esta presión, este condicionamiento, esta amenaza, diciéndole que si dice cosas inconvenientes que tienen que ver con secreto profesional podría estar cometiendo un delito", señaló por radio Continental.
"Acá están utilizando el secreto como una estrategia de encubrimiento de una situación muy compleja, de relaciones poco transparente entre Argentina y Venezuela. Plantearle (al diplomático) una cosa así frente a los diputados de la Nación que convocaron a una reunión secreta es un condicionamiento inadmisible", añadió la diputada.