Diego Maradona: la selección, en el fin y en el principio
En esta Copa de extrañas coincidencias, se suman varios detalles que marcan un camino de encuentros en la vida de Diego Maradona, quien este sábado debuta como DT en un Mundial
11 de junio de 2010
Por Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.Tv
Allí donde todo tiene un principio y un final, en ese punto de encuentro, la vida deportiva de Diego Maradona vuelve a hacer una cabriola como los mágicos pases que realizó durante sus años de oro en el fútbol mundial.
En tierras donde nunca antes había llegado el deporte más pasional del planeta, en escenarios donde los espectadores estaban más acostumbrados a ver otras disciplinas, el Rey del fútbol escribe páginas de su propia historia, rica, dramática, emocionante.
En Estados Unidos 1994 y en Sudáfrica 2010, Diego vuelve a ser protagonista del planeta fútbol desde el lugar de figura estelar, y no como sucedió en el medio de este tiempo como un invitado de lujo en las tribunas, mientras su corazón latía y reclamaba un rol menos decorativo.
En estas dos puntas del ovillo que se separan por 16 años existe dos caras muy diferentes en la vida del Diez: su adiós como jugador de la selección a la que le entregó su vida (1994) y el regreso a la Copa de los sueños cumpliendo un anhelo: ser el director técnico de la celeste y blanca.
Entre medio, su retiro del fútbol (1997), su coqueteo con la muerte (2000 y 2004), la despedida del fútbol con una “pelota que no se mancha” (2001), el cuerpo recuperado y el renacer de la cenizas (2006) y el definitivo llamado de la esperanza para convertirla en gloria en el seleccionado nacional (2008).
Has recorrido un largo camino muchacho... Y no exento de críticas de aprendizaje y de nuevos momentos gloriosos a pesar de ser ya un Dios del olimpo deportivo mundial.
Pero “El Diego” no sabe de quedarse sentado en laureles ya adornados de naftalinas, y por el peso propio de su ego, del orgullo que le quema el pecho y el sueño de 24 años de frustraciones, está de regreso en los mundiales para convertir su figura en leyenda.
El juego escénico es muy simple: aquel 25 de junio de 1994, mientras festejaba el inolvidable triunfo ante Nigeria en el Mundial de EE.UU, una jovencita regordeta con traje de enfermería lo tomaba de la mano y se lo llevó por última vez de una cancha de fútbol mundial como jugador.
Nadie sabía de ese destino ya escrito. Y, a pesar de las piernas cortadas, este sábado 12 de junio de 2010, Diego ingresará en Sudáfrica con las manos limpias y el traje de DT para debutar en ese rol en un Mundial.
Enfrente estará Nigeria –una coincidencia más de tantas- pero en su memoria estarán los años más duros de su vida, los de mayor aprendizaje y también los de la revancha.
Como la canción de Vox Dei, lo mejor de la vida de Diego siegue siendo el presente:
“Olvidé aquello que una vez pensaba que nunca acabaría, nunca acabaría, pero sin embargo termino... Todo me demuestra que al final de cuentas... Termino cada día... Empiezo cada día...”.