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21 de noviembre de 2024
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Eslovenia es occidental pero juega con una cortina de hierro
Juegan su segundo mundial después de Corea-Japón 2002. Se clasicaron en uno de los grupos más difíciles de Europa. Una defensa impasable. Un DT joven y debutante
7 de junio de 2010
Esta nación de tan sólo dos millones de habitantes ha luchado contra pesos mucho más pesados para conquistar el pase para esta Copa Mundial de la FIFA.

Cuando se recuerda que eliminó a Polonia, a la República Checa y, por último, a Rusia (un país de 142 millones de habitantes) para hacerse con la plaza en Sudáfrica, su gesta parece casi un milagro.

De hecho, Sudáfrica 2010 marcará la segunda participación en los grandes escenarios mundiales de esta joven nación futbolística, que está dispuesta a seguir desafiando pronósticos cuando se cruce con los mejores equipos del mundo.

Cuando se efectuó el sorteo preliminar, la mayoría de los analistas supusieron que la República Checa y Polonia dominarían el Grupo 3, dos equipos que disputaron la fase final de Alemania 2006 y la EURO 2008.

No obstante, los favoritos pasaron a un segundo plano y la sección se convirtió en un duelo apasionante entre Eslovenia y Eslovaquia.

El éxito de los eslovenos se basó en su defensa, la más hermética de la Zona Europea.

Si bien es cierto que la zaga holandesa la supera en la estadística, los hombres de Bert van Marwijck jugaron dos partidos menos que Eslovenia, que cedió en total cuatro goles en diez choques de la fase de grupos.

De hecho, la selección de Matjaz Kek siguió aspirando al primer puesto hasta la última jornada, donde lo perdió a favor de Eslovaquia, un equipo al que se habían impuesto en casa y a domicilio, y que se las arregló para arrancar una victoria por 1-0 en campo contrario contra Polonia.

A pesar de la impresionante trayectoria de los eslovenos, a Rusia se le notó que no podía contener la alegría cuando supo que debía enfrentarse a ellos en la repesca. Entre otros, Alexander Kerzhakov describió la cita como “un emparejamiento favorable” para el equipo de Guus Hiddink. No podían estar más equivocados.

Aunque la eliminatoria empezó ateniéndose al guión establecido, con ventaja de dos goles para los rusos en Moscú, el rival se negó a bajar los brazos y, a falta de dos minutos para el final, un gol de Nejc Pecnik decidió que el choque de vuelta se convirtiera en un encuentro electrizante.

En Maribor, con la posibilidad de la remontada bien encarrilada, Eslovenia se creció para la ocasión y ofreció una actuación digna de cualquier gran escenario.

Los eslovenos recibieron justa recompensa con el decisivo tanto de Zlatko Dedic, que sentenció una de las mayores sorpresas de los últimos años en la fase de clasificación.

En la selección eslovena brillan por su ausencia las grandes luminarias. Sin embargo, y aunque el éxito del equipo se ha construido sobre la cohesión y la fuerza del colectivo, a Kek no le faltan talentos individuales a los que convocar.

Quizás el más conocido sea el delantero del Colonia Milivoje Novakovic, autor de cinco goles en la competición preliminar. A sus 30 años de edad, el artillero se acerca a la cúspide de su juego coincidiendo con la Copa Mundial de la FIFA.

El propio delantero nacido en Liubliana considera que su presencia conforma un tercio del “esqueleto” de Eslovenia, con el guardameta Samir Handanovic y el capitán Robert Koren, un estupendo mediocampista de corte ofensivo, como los otros dos miembros del triunvirato.

Matjaz Kek, un jugador más famoso por sus dotes de mando que por su estupendo talento, frisaba la treintena cuando recibió su primera convocatoria para la selección de Eslovenia en 1992.

Ocho años después, en el Maribor, el club con el que ganó tres títulos consecutivos en los últimos años de su carrera como jugador, Kek ocupó su primer cargo directivo.

En 2006, tras seis años en el puesto, durante los que disfrutó de un éxito moderado, Kek accedió a la Asociación Eslovena de Fútbol, al principio como entrenador de las selecciones sub-15 y sub-16.

En enero de 2007 fue ascendido al puesto de seleccionador nacional y, desde entonces, ha superado todas las expectativas.

Eslovenia se ha clasificado para la Copa Mundial de la FIFA por segunda vez en su corta historia.

En su primera participación, en Corea/Japón 2002, el equipo que lideraba Srecko Katanec acumuló tres derrotas en una decepcionante fase de grupos.