En la primera atención conjunta a la prensa, los encargados de seguridad de Pretoria palparon de armas a los periodistas. ¿No será mucho?
Enviados especiales de Asteriscos.Tv a SudáfricaFoto: Asteriscos.Tv
Una enorme expectativa generó hoy la decisión del técnico Diego Maradona de abrir por primera vez las puertas de la concentración de Argentina en Pretoria, para que los medios acreditados pudieran observar al menos los instantes finales de una práctica de la Selección. Y tamaña sorpresa se llevaron quienes asistieron luego a una rueda de prensa con jugadores nacionales.
En un fresco atardecer en la capital diplomática de Sudáfrica, más de 300 periodistas, incluyendo reporteros de Brasil, Chile, Colombia y hasta de Corea del Sur –rival de Argentina en la ronda inicial– montaron guardia desde temprano frente a uno de los portones de acceso del predio y luego tuvieron que recorrer más de un kilómetro para llegar finalmente al campo de entrenamiento de la Selección.
Tras superar un exhaustivo control, fotógrafos y camarógrafos del mundo entero lograron tomar imágenes de un sitio que parecía inexpugnable hasta la tarde de este jueves, sobre todos después de que las autoridades del complejo donde se hospeda y trabaja la Selección resolvieran colgar en los cercos perimetrales lonas verdes –sí al mejor estilo de la concentración nacional en Francia 1998–, en busca de preservar la intimidad de la delegación.
Un puñado de simpatizantes consiguió mezclarse con los periodistas y estuvo cerca de burlar la seguridad, aunque los hinchas finalmente fueron desalojados, prácticamente a los empujones. Mientras tanto, miles de “clics” dejaban registradas en cámaras fotográficas las acciones de un encuentro de práctica, en espacios reducido, sobre un campo de juego impecable de tonalidad verde esmeralda.
Al cabo de la actividad, en la que el delantero Diego Milito sufrió un ligero esguince en el tobillo derecho y tuvo que abandonar la cancha, los periodistas fueron invitados a una rueda de prensa con una quincena de jugadores. Y en este marco, la sorpresa de muchos fue mayúscula cuando, al pasar por un último control policial, los efectivos comenzaron a palpar de armas a los reporteros.
¡Arriba las manos, ésta es la concentración de Argentina! Los agentes, que de castellano no entienden una palabra (lógicamente, o no), cumplieron su tarea en medio de un clima tenso por momentos, incómodo, justo cuando caía la tarde y una espesa niebla empezaba a cubrir el Centro de Alto Rendimiento local. Al grito de “prensa argentina” fue posible finalmente llegar hasta una carpa en la que jugadores nacionales dijeron que el grupo se prepara a todo ritmo para el debut en el Mundial.
Más tarde, algunos tuvieron que volver a pie hasta su alojamiento, otra misión no apta para timoratos.