En su segunda incursión en la pantalla grande, Carrie Bradshaw y sus tres amigas viajan hasta Abu Dhabi, donde intentan recrear la mística de la serie original de HBO
Por Sebastián MartínezHace dos años, la exitosa serie televisiva “Sex and the City” tomó finalmente formato cinematográfico e intentó dar el salto de pantalla. El resultado fue regular. Aquella magia encantadora y algo superficial de la serie no resistía del todo su tratamiento en un largometraje.
De todos modos, hace tiempo que la mística pasiva del espectador que hace tres décadas era compartida por los medios masivos de comunicación y el cine, en los últimos tiempos ha quedado prácticamente en manos de la pequeña pantalla. “Lost”, “Doctor House”, “Los Soprano” o “Six Feet Under” son algunos ejemplos del fanatismo que despiertan las series de buena factura.
Unos años atrás, “Sex and the City”, en su versión televisiva, había generado una sensación similar. Las desventuras de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) y sus amigas Miranda (Cynthia Nixon), Charlotte (Kristin Davis) y Samantha (Kim Catrall) eran seguidas con fruición semana a semana, y no sólo por mujeres. A más de un escéptico señor se le escapaba un lagrimón frente al producto de HBO.
Con buen tino, los productores decidieron darle un cierre a la serie en 2004, luego de seis temporadas de idas y venidas amorosas de sus protagonistas, cuando el riesgo de empezar a repetirse ya era inminente. Pero las ansias de sacarle aún mayor provecho a la historia, los llevó a lanzar, cuatro años más tarde, el primer filme.
Aquella película terminaba con Carrie casada con Mr. Big. Cuando comienza “Sex and the City 2” ya han pasado dos años de vida marital y, hay que decirlo, Carrie no está del todo satisfecha. En cierto modo, siente que se ha aburguesado, que ya no tiene la libertad de antaño, que la vida de pareja tiene sus momentos de aburrimiento.
Las tres amigas de Carrie cargan con sus respectivas cruces, derivadas de problemas sentimentales o bien de las presiones laborales o familiares. Lo cierto es que una propuesta de Samantha cambiará el rumbo de la historia e intentará encaminar la trama hacia otro lado.
Por su oficio de relacionista pública, la más extrovertida de las cuatro chicas consigue un viaje a Abu Dhabi para todas y, por supuesto, todas deciden que es una buena oportunidad para reordenar sus cabezas. En el medio, habrá tiempo para que Liza Minnelli, Penélope Cruz y Miley Cyrus hagan sus respectivos cameos, y no no mucho más.
De algún modo, a “Sex and the City 2” le ocurre lo mismo que a Carrie Bradshaw. Su vida ya no es tan divertida, ni tan irreverente, ni tan interesante. Sigue siendo, claro, glamorosa y un poco chispeante. Pero algo de la magia que “Sex and the City” tuvo allá por 1998, cuando se estrenó la serie, se fue perdiendo en el camino. A su manera, la historia también se fue aburguesando.
Por supuesto, el fanatismo no entiende razones y es posible que los fieles seguidores de “Sex and the City” vayan al cine a ver la película y hasta quizás queden satisfechos. De hecho, en algunos afiches del filme se puede ver el taco alto de un zapato de Carrie pinchando una pelota de fútbol. Algo así como una proclama: mientras los hombres miren el Mundial, nosotras iremos al cine a ver “Sex and the City 2”. En ese caso, qué suerte que nos guste el fútbol.