El Ejército asaltó seis embarcaciones con 10 mil toneladas de ayuda humanitaria para la Franja de Gaza. Viajaban voluntarios y militantes propalestinos
Tras una serie de versiones y acusaciones cruzadas, Israel se sumió hoy en una nueva y profunda crisis diplomática al despertar una gran condena internacional por su actuación en la intercepción de una columna integrada por seis barcos con ayuda humanitaria cuyo destino era la Franja de Gaza.
Al menos 10 muertos y cerca de 30 personas heridas fue el saldo que dejó el asalto de la marina israelí a la llamada Flota de la Libertad, una caravana de seis barcos de ONG internacionales con 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para la población de Gaza. Las embarcaciones llevaban a bordo unos 750 activistas pro palestinos de más de 40 países.
La "Flotilla de la Libertad" cumplía la última etapa de una misión humanitaria para entregar la ayuda a Gaza. Los barcos habían comenzado a navegar en dirección a ese territorio palestino desde aguas internacionales frente a Chipre y se esperaba que llegaran en la madrugada.
De acuerdo a fuentes israelíes, los militares encontraron una resistencia inesperada al abordar una de las embarcaciones, lo cual desató los serios enfrentamientos que terminaron con un saldo fatal.
Tras el ataque, Israel salió a defenderse. En conferencia de prensa en Tel Aviv, el ministro de Defensa, Ehud Barak, atribuyó la responsabilidad de las muertes y las decenas de heridos a los tripulantes de la flotilla. El ministro confirmó que los seis barcos fueron interceptados, pero que sólo en el turco "Mavi Marmara" los comandos especiales del Ejército israelí "se vieron obligados" a abrir fuego para responder a los ataques de los activistas: "En vista del peligro, los soldados se vieron obligados a utilizar armas de dispersión y abrir fuego".