Es por la demanda de tratamientos de fertilización aunque centros médicos dicen que no es un pago sino una retribución a las donantes. En el país no hay ley que lo regule
La probabilidad de que una mujer mayor de 40 años quede embarazada y tenga un bebé es del 10%. De allí que el promedio de edad de las mujeres que recurren a la ovodonación sea 41 años. Salvo algunos casos de menopausia precoz o cáncer, no están enfermas, simplemente están grandes para ser madres. Un tratamiento de ovodonación cuesta 18.000 pesos. La tasa de éxito: más del 50%.
Mucho se ha dicho de las mujeres que postergan su maternidad, pero poco se sabe de las que les donan sus óvulos. En general son chicas de veintipico, que tienen un hijo y necesitan plata. ¿Les pagan? Sí. En Argentina no hay ley que regule las técnicas de fertilización asistida, es decir, no está ni prohibido ni permitido pagar. Lo que se hace es dar dinero en concepto de “gratificación”, “viático”, “recompensa”. Según el lugar, la cifra varía de 500 a 3.000 pesos, según pudo saber el diario Clarín.
En los centros admiten los pagos. Dicen que a estas mujeres las mueve la solidaridad y que lo hacen por esa razón. Pero también explican que donar óvulos exige tiempo, dedicación y poner el cuerpo, literalmente. Por ende, “un reconocimiento económico no está mal”. Las donantes deben tener menos de 30, 32 o 34 años, depende el centro. Son sometidas a análisis de todo tipo y se les hacen estudios cromosómicos y genéticos para descartar que tendrán hijos con síndrome de down, fibrosis quística, malformaciones, retardo mental, talasemia. Luego, son estimuladas hormonalmente. Toman pastillas anticonceptivas un mes y reciben tres inyecciones. Se les hacen controles con ecografías y al final se les aspiran los óvulos, que serán inseminados con los espermatozoides de la pareja de la receptora, a la que le harán la transferencia embrionaria, Esta técnica representa casi el 40% de los tratamientos de alta complejidad de los centros de fertilización asistida.
“Nos guste o no, la postergación de la maternidad es una realidad, pero la mujer no sabe que a los 30 años le queda el 12% de reserva ovárica y a los 40 sólo el 3%”, explica Carlos Carrere, de Procrearte, que habla de la importancia de no dejar pasar el tiempo o de congelar los óvulos propios antes de los 30 años.
Claudio Chillik, del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (Cegyr), cuenta que hacen 500 tratamientos de ovodonación al año, y que la mayoría de las receptoras tienen más de 42 años. El límite: 50. “La donación es anónima, no hay cruce de información entre donantes y receptoras”, asegura. Y dice que en los centros quieren tener un registro único para “evitar el cruce de donantes”. “Se estima que para que no haya entrecruzamientos sanguíneos no debe haber más de 20 nacidos de una misma madre por millón de habitantes –explica Roberto Coco, de Fecunditas–, pero nadie llega a eso”.
Además, afirma que las donantes no deberían repetir los tratamientos más de tres veces. También agrega que antes de donar las chicas deben someterse a un análisis psicológico: “Si creen que donar un óvulo es donar un hijo, no va”. “También se busca que haya compatibilidad genética entre las dos mujeres –agrega Sergio Pasqualini, de Halitus–. Cada vez hay más donantes. Nosotros las convocamos en nuestra página web, pero lo que más funciona es el boca a boca”.