El creador del fútbol logró organizar un mundial impecable y festejó el título en 1966. Final inolvidable con Alemania. Argentina buena actuación. Arbitros sospechados
Fue el mundial de las novedades, la Copa de la primera vez y uno de lo más modernos de la historia en medio del furor de la beatlelmanía en el Reino Unido.
El mundial de 1966 organizado por Inglaterra fue el primero que se transmitió por televisión vía satélite y también el primero que tuvo una mascota: el león Willy.
Lo ganó Inglaterra que venía participando desde 1950 sin mucha suerte y lo hizo en su tierra a fuerza de un gran equipo, y como decía la canción de Los Beatles, “con una ayudita de mis amigos”.
El presidente de la FIFA, el inglés Sir Stanley Rouss, estaba ya cansado que la copa se fuera para Sudamérica –tras los dos títulos consecutivos de Brasil—y generó todo un clima para que la Jules Rimet descansara cuatro años en Europa, y si era en las islas británicas, mejor.
Así los árbitros tuvieron una gran protagonismo, especialmente contra los equipos sudamericanos, como en el caso de los que dirigieron a Brasil que permitieron que su máxima figura, Pelé, fuera brutalmente maltratado y casi lesionado para sacarlo del juego, sin que los jueces sancionaran con severidad esas acciones en su contra.
Luego en cuartos de final, llamativamente un árbitro alemán dirigió el choque Inglaterra y Argentina—donde expulsaron gratuitamente a Rattin— y un juez inglés dirigió el choque Alemania -Uruguay: resultado fueron eliminados los dos equipos sudamericanos y las dos potencias llegaron a la final.
Hubo cuatro grupos y 16 equipos, a los cuartos de final llegaron Alemania, Argentina, Inglaterra, Uruguay, Portugal, Hungría, Unión Soviética y Corea del Norte.
Las grandes sorpresas fueron la eliminación en primera ronda de Brasil que perdió con Hungría y Portugal, en partidos violentos y digeridos por ingleses.
En tanto el gran batacazo fue el triunfo de Corea del Norte , en su primer mundial, al vencer a Italia 1 a 0 y dejarla fuera de la competencia.
A las semifinales llegó Inglaterra que superó a la sorpresa Portugal que tenía como gran figura a Eusebio por 2 a 1, mientras los alemanes federales superaron por el mismo marcador a URSS.
Finalmente Portugal cerró su mejor mundial con un tercer puesto al vencer 2 a 1 y convertir su estrella Eusebio en el máximo artillero de la Copa con nueve tantos.
La final fue de un gran nivel emotivo, tuvo que jugarse tiempo suplementario en el estadio Wembley tras el empate en los 90 minutos 2 a 2 con un gol alemán en el último minuto para igualar.
En el tiempo extra, Inglaterra impuso su amor propio y vocación ofensiva y el equipo que tenía como figuras a Bobby Moore, Bobby Charlton y el arquero George Banks, logró vencer finalmente por 4 a 2, con dos tantos de su máximo artillero, Geoffrey Hurst.
El triunfo desato la locura de los ingleses que llenaron el mítico estadio de Wembley y tras 36 años de competencia demostraron que también los creadores del fútbol podían ser los mejores fue en definitiva el “Anochecer de un día agitado..”.