El invicto chubutense Omar Narváez (51,850) obtuvo esta noche sin dificultades el título mundial supermosca OMB que se hallaba vacante al superar por puntos en fallo unánime al nicaraguense Evert Braceño (51,950) al término de una docena de capítulos.

En las tarjetas quedó en evidencia la diferencia de nivel entre los protagonistas, ya que Narváez se impuso por 117-108, 118-107 y 117-108.

Se trató de la pelea principal de la velada que se desarrolló en un Luna Park casi colmado.

El Huracán ya era supercampeón para la OMB debido a que había defendido el cetro mosca de esa entidad en 16 ocasiones consecutivas.

El patagónico goza ahora de dos coronas y de un récord compuesto por 32 victorias, 19 conseguidas antes del límite, y dos empates.

El centroamericano quedó con un palmarés conformado por 32 éxitos, 26 logrados por nocaut, seis derrotas y una igualdad.

Narváez prevaleció desde el principio porque supo ejercer presión sobre un adversario voluntarioso, pero limitado técnicamente.

En cuanto a lo reglamentario, Briceño lo mejor que mostró fue guapeza, a tal extremo que su chance pareció depender casi en forma exclusiva de un derechazo afortunado. Sin terminar de sacar su boxeo a pleno, a Narváez se lo observó más activo a partir del quinto asalto, por lo que su producción se apreció de menor a mayor.

El triunfo del oriundo de Trelew fue tan amplio que desde temprano su victoria se tornó por demás previsible, aunque es verdad que Briceño de ninguna manera se tornó en un examinador adecuado para evaluar al anfitrión en esta categoría.

Como si fuera poco, un nuevo cabezazo le costó a Briceño el tercer punto de castigo. A Narváez incrementar su actividad ofensiva le sirvió para estirar la ventaja en las tarjetas.

En el balance, el Huracán aprobó su primer ensayo por un cetro entre los supermoscas, aunque igual habrá que verlo ante contrincantes más competentes.