La FIESP alertó sobre la "falta de transparencia" y el "trato discriminatorio" que puede derivarse de la medida. Lula podría tomar represalias contra la Argentina
Argentina y Brasil vuelven a ver quebradas sus relaciones comerciales. La novedad, que viene de la mano del polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es la traba a las importaciones de alimentos.
Brasil puso el grito en el cielo porque el 45% de la importación de alimentos preparados viene de Brasil. Empresarios brasileños, con la poderosa Federación de Industrias de San Pablo a la cabeza, no ahorraron protestas contra las medidas restrictivas que intenta imponer la Argentina: "Contrarían los permanentes esfuerzos para la construcción de un diálogo positivo en las relaciones entre los dos países" advirtió la entidad brasileña.
La entidad, que alberga a 37% del PBI industrial brasileño, se quejó que las medidas en cuestión violarían el acuerdo entre los presidentes Lula da Silva y Cristina Kirchner adoptados en noviembre pasado.
La FIESP alertó sobre la "falta de transparencia" y al "trato discriminatorio" que puede derivarse de la medida. Quienes contaron el problema a la entidad fueron los empresarios del sector involucrado, ya que no hubo comunicación oficial del gobierno argentino al gobierno brasileño tal como se había decidido a final del año pasado.
Las restricciones valdrán para un conjunto de envasados que incluyen desde fideos a salsas, cervezas, duraznos al natural, jamones, y aceites. Pero así como en Brasilia no hubo hasta ahora disposición a reaccionar en forma abierta, los privados tomaron el lugar. La Confederación Nacional de Agricultura (CNA) sostuvo que "si Argentina traba las exportaciones brasileñas de alimentos, será una aberración del Mercosur". El gobierno de Lula cuenta con herramientas para las represalias, recordó Carlos Sperotto, titular de la entidad, al diario Clarín.