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21 de noviembre de 2024
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Venezuela: 'embajada paralela' manejaba las coimas
"Uberti había montado una oficina en Caracas para cobrar el peaje", dijo Antonini Wilson, descubierto con U$S 800 mil supuestamente para la campaña de Cristina
2 de mayo de 2010
Alejandro Antonini Wilson es el hombre que está sentado y espera. Buscado por la Justicia argentina, en la causa que investiga el ingreso de 790.550 mil dólares sin declarar en un vuelo oficial en agosto de 2007, el empresario venezolano decidió hablar con Clarín.

Testigo privilegiado del accionar del ex director del Organo de Control de Concesiones Viales, Claudio Uberti, Antonini Wilson no se sorprende. Tampoco lo hizo cuando horas después del decomiso de la valija, ingresó a la Casa Rosada con la supuesta ayuda del secretario de Julio De Vido, José María Olazagasti.

Ahora, da precisiones y asegura que el ex presidente Néstor Kirchner protegía el circuito de los negocios con Caracas.

¿Usted sabía de la existencia del presunto pago de sobornos para lograr negocios con Argentina?

Era vox populi. Todo aquel que quería trabar negocios entre Venezuela y Argentina te hablaba de la existencia de coimas.

¿Uberti le mencionó la existencia de algún tipo de pago extra?

Nunca llegamos a ese punto. El sabía que yo tenía relación directa con la plana mayor. No lo iba hacer. Hablamos de posibilidades de negocios, como siempre lo dije, pero nunca se profundizó. Nunca llegamos a hablar de dinero.

Pasaron casi tres años del episodio de la valija, ¿Cree que ese dinero formaba parte de sobornos?

Siempre me dijeron que era dinero para la campaña de Cristina. Yo no sabía de la existencia de esas maletas, ni tampoco cuál era su destino. Eso es lo que me dijeron cuando me contactaron en Miami. Pero todo puede ser.

¿Escuchó hablar alguna vez de Francisco Carrasquero, el representante de Palmat que participó de las reuniones con Cristina Kirchner?

Sé que era íntimo de Uberti. Nunca lo conocí, pero estaba al tanto de que hacían cosas juntos.

¿Y de Roberto Wellisch, presidente de Palmat?

Nunca escuché hablar de él.

¿Qué se sabía de Claudio Uberti en Venezuela?

Antes de que sucediera lo de la valija, después de que conocí a Uberti en la Argentina, la gente de PDVSA me presionó para que me hiciera amigo de él. Yo le había comentado al hijo de Uzcátegui (Daniel Uzcátegui, hijo de Diego Uzcátegui, ex presidente de PDVSA Argentina y pasajero del vuelo de los US$ 800 mil) que no me gustaba el tipo, por su actitud más que nada. Claro que la presión siguió. En una ocasión, reunido con Uzcátegui y otros, salió entre ellos el comentario sobre que querían acabar con el guiso que tenían montados los argentinos.

¿Por qué dice que lo presionaban?

Quizás porque no confiaban en él y querían más información sobre cómo se movía y así poder sacarlo del medio. Eso es lo que creo ahora con el paso del tiempo. Diego Uzcátegui me dijo que me quedara tranquilo, que Uberti a mi no me tocaba.

¿A qué se refiere cuando habla de "guiso"?

Que (Uberti) había llegado a tener el descaro de montar una oficina en Caracas donde la gente tenía que pagar el peaje. Para cierta gente de PDVSA eso tenía que acabarse. Un alto directivo de PDVSA que cumplió funciones en Argentina me dijo en su momento que a él lo sacaron del puesto por tratar de acabar con lo de los peajes y que el presidente argentino pidió su cabeza. La misma persona me comentó que seguridad de PDVSA tenía grabaciones entre Uberti y Rafael Ramírez (Presidente de PDVSA y Ministro de Energía de Hugo Chávez) donde se entendía la relación entre ambos.

¿Qué se hacía en esa oficina?

En Venezuela hay control de cambio. Si uno tiene acceso a sumas importantes de dólares la ganancia en el mercado negro puede ser fabulosa. Ese era el sentido. El dinero lo cobraban los argentinos pero se usaba en Caracas. El negocio estaba en Venezuela y por eso a los argentinos no se los tocaba.

¿Qué pasó con la gente que estaba al tanto de la situación con Argentina?

Mira la casualidad. Por la valija cambian al jefe de seguridad de PDVSA, a Diego Uzcátegui y a otros que sabían de los negocios o de la oficina de cobros de peaje. Había gente en PDVSA que quería sacar a Ramírez ya que veían que esa era la única solución para acabar con el guiso del fideicomiso con Argentina.

¿Si sabían de la existencia de negociados porque no se aplicaban los mecanismos de control internos?

Es que en Argentina no podían hacer nada. Cada vez que intentaban hacerlo sacaban del puesto a alguien o lo cambiaban. Incluso los botaban malamente. El comentario era que cada vez que le llevaban una prueba a Chávez y este se quejaba en PDVSA, inmediatamente en PDVSA cambiaban a alguien o lo mandaban a alguna embajada. Ese era el miedo que le tenían en Venezuela a los argentinos. Hasta Kirchner llamaba si algo pasaba, por supuesto que bajo ese manto Uberti se sentía como el padrino. Se creía el papel.

Hay sospechas que los sobornos también los cobraban funcionarios venezolanos .

Probablemente, pero en Caracas había enojo con los argentinos porque sólo ellos ponían las condiciones. Venezuela ponía el dinero del fideicomiso pero el soborno lo cobraban los argentinos. Con el fideicomiso se pagaba aquí y allá. ¿Qué pasaba si las empresas se negaban a efectivizar el pago del 15%? No podían terminar la operación. Ponían trabas que desaparecían cuando los empresarios pagaban ese porcentaje. Esa era la continua queja que uno escuchaba. Pero además de esa comisión también estaba el soborno que iba por detrás. Eran cosas distintas, más allá de que terminaban en los mismos bolsillos.