En un episodio inédito desde el retorno de la democracia, cuando expone alguien opuesto a intereses K, grupos violentos tratan de impedirlo
Un nuevo y temerario fenómeno, que algunos ya comienzan a calificar de ´fachoprogresismo´, se comenzó a extender como reguero de pólvora en la Argentina y amaga con incubar una violencia de proporciones en la Argentina, como nunca se vio desde el retorno de la Democracia en diciembre de 1983.
Tal como sucedió el viernes, con la presentación del libro Mi verdad, de la disidente cubana Hilda Molina, la presentación de Indek: historia íntima de una estafa, del periodista Gustavo Noriega, en la Feria del Libro, fue interrumpida el domingo por un grupo de asistentes que desató un desorden, durante el cual volaron sillas.
Se informó que dos personas quedaron detenidas por atentado y resistencia a la autoridad y lesiones. Mientras que tres vigiladores privados sufrieron heridas.
El libro cuestiona las cifras dadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) desde que fue intervenido, como lo hace casi todo el país.
La mesa estaba integrada por Beatriz Sarlo, el diputado Claudio Lozano, el ex fiscal Manuel Garrido y una trabajadora del organismo, Cintya Pok.
Entre el público que llenaba la sala Julio Cortázar, había un gran número de trabajadores del INDEC enarbolando banderas y podía reconocerse al legislador Fabio Basteiro y a otros integrantes de la directiva de la CTA.
Precisamente, fue la trabajadora del INDEC quien abrió la mesa, pero sólo pudo hablar durante cinco minutos. Un joven levantó la mano pidiendo la palabra y, cuando se la negaron, empezó a los gritos. La sala empezó a corear “que se vayan, que se vayan” y enseguida comenzaron los empujones.
Un grupo de espectadores, entre ellos madres con chicos que lloraban, optaron por abandonar la sala. La seguridad de la Feria intentó ingresar para sacar al grupo de jóvenes de la sala, pero la pelea entre los dos sectores se generalizó. Volaron sillas por el aire, se derrumbaron partes de los paneles y muchas personas rodaron por el piso.
“Había mucha gente del INDEC. En el medio de la sala se pararon tres tipos y se armó el tole tole. Comenzaron a hostilizar y volaron sillas. Claramente tenían una actitud provocadora y buscaban interrumpir la presentación”, sostuvo Noriega, director de la revista El Amante.
Los promotores del desorden se definieron como “un grupo de jóvenes que venimos a decir lo que opinamos”.
Adentro, soto voce, se rumoreaba que eran de la Unión Personal Civil de la Nación, que no pertenecía al INDEC. En algunas sillas, quedaron volantes firmados Frente de Organizaciones Sociales Peronistas.
Una vez restablecido el orden, con el saldo de cuatro demorados y algunos lastimados producto de los sillazos, la presentación continuó. Dos personas quedaron detenidas, mientras que tres vigiladores debieron ser atendidos por médicos.
“Es muy sencillo el panorama. Para mí esto es una anécdota, pero para la gente del INDEC es cosa de todos los días puertas adentro y sin la protección de los medios. Los trabajadores del INDEC están todo el día sentados con estas patotas”, agregó Noriega.
“El libro toca un tema muy polémico y el Gobierno no puede defender su posición en este tema sin violencia”, señaló luego de la presentación.
Sarlo afirmó: “Yo nunca vengo a la Feria del Libro ni acepto presentar libros, acepté presentar éste porque era un acto político y la violencia que hubo aquí demostró que era un acto político, en el mejor sentido de la palabra”.
El viernes 23 hubo un escrache a la médica disidente cubana Hilda Molina, que no pudo presentar su libro. Militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba y estudiantes universitarios irrumpieron en la sala para increpar e insultar a Molina.