El proyecto avala cambios en emisión y regulación de decretos de necesidad y urgencia. Tuvo media sanción por 142 votos contra 98 y ya fue girado al Senado
La oposición logró poner límites al Poder Ejecutivo con la aprobación en Diputados de un proyecto para reforzar el control de los decretos de necesidad y urgencia. Sumó 142 votos, contra 98 del oficialismo.
Si lo aprueba el Senado -donde las fuerzas están más parejas-, quedará sensiblemente modificada la regulación de los DNU que impulsó Cristina cuando era senadora. Aunque se estima que la Presidenta ya tendría decidido vetar la ley. El dictamen contenía un artículo que establecía que "esta ley no puede ser vetada" y generó controversias. Al final, el arco anti K decidió eliminarlo, informó el diario Clarín.
Luego de superar las trabas reglamentarias del kirchnerismo, el arco no oficialista mostraba su satisfacción por lo que consideraba su segundo logro desde que pasó a dominar la Cámara, tras rechazar la semana pasada el DNU para pagar deuda con reservas.
El proyecto para controlar los DNU fue promovido por el radicalismo, el peronismo disidente, la Coalición Cívica, el PRO, la centroizquierda completa (tanto el sector de Pino Solanas como el que se alinea con Martín Sabbatella y suele votar con el oficialismo), el socialismo, el GEN y otros bloques menores.
La reglamentación de los decretos que impuso Cristina Kirchner, en el 2006 era una cuenta pendiente desde la reforma constitucional de 1994. "La Presidenta tenía la misma interpretación que nosotros acerca de que el silencio de una de las dos Cámaras implicaba la caída del decreto. Luego cambió de posición", remarcó Adrián Pérez, de la Coalición Cívica.
Con las reformas que impulsó el arco antikirchnerista, los decretos de necesidad y urgencia ya no podrán ser ratificados por una sola cámara. Para mantener vigencia deberán ser expresamente aprobados por senmadores y diputados antes de los 60 días. El dictado por la Presidenta para pagar deuda pública con reservas hubiese caído en febrero. Luego de rechazar la semana pasada ese DNU -el Senado se pronunciará la semana próxima-, los diputados opositores celebraron lo que consideraron un "nuevo límite" al estilo de gobierno del kirchnerismo.
"El Ejecutivo no puede hacer lo que le corresponde al Parlamento. Eso lo dice claramente la Constitución, y lo que no dice es que estar en minoría es circunstancia de necesidad y urgencia", ironizó el radical Ricardo Alfonsín. "Queremos evitar los abusos del Gobierno. 'Yo soy el que te da, yo te entrego la asignación universal, yo pago la deuda, yo determino lo que le doy a las provincias'. Esta es la realidad es la que nos mueve a establecer un limite", argumentó Gustavo Ferrari, del peronismo disidente. Para Laura Alonso, del PRO, "una democracia sin control es una parodia de democracia".
La peronista anti K Graciela Camaño cuestionó al kirchnerista Gerónimo Vargas Aignasse por su intento de frenar el dictamen en el plenario de comisiones: lo acusó de "usurpar" la conducción para suspender la reunión.
El jefe del bloque K, Agustín Rossi, sostuvo que "van a empeorar la ley que rige a los DNU desde 2006". Para otro kirchnerista, Jorge Landau, "las consecuencias son perjudiciales para el funcionamiento del Estado". Y advirtió a los anti K: "Van a incurrir en una nueva violación de la Constitución".